Javier Milei tendrá un desafío frontal para las elecciones de octubre: convencer que la economía argentina puede crecer cuando los datos muestran lo contrario.
El Indec publicó esta semana dos encuestas clave que pasaron casi desapercibidas bajo la atención al dólar y el riesgo país, pero que reflejan una realidad cruda para el sector privado de cara al voto. En supermercados y mayoristas, el 68,1% espera que la situación comercial se mantenga igual en los próximos tres meses, mientras un 20,8% estima que empeorará y solo 11,1% calcula mejora.
La demanda es el principal freno señalado por el 54,2%, y el acceso al financiamiento ya golpea con un 11,1%. La cantidad de empleados se mantendrá estable según el 77,8% de los encuestados, pero un 20,8% proyecta recortes. En cuanto a precios, la mitad de los comercios anticipa aumentos para septiembre-noviembre.
El Indicador de Confianza Empresarial (ICE) en este segmento está en -9,3, el peor nivel del año. Datos paralelos de la consultora Scentia confirman una desaceleración del consumo masivo en casi todos los canales comerciales, con una caída anual en supermercados y mayoristas (5,1% y 8,1% respectivamente) pese a un avance leve del 4% en otros rubros como farmacias y comercio electrónico.
Industria en rojo y sin señales claras de recuperación
En la industria manufacturera la situación es aún más crítica. El ICE se desplomó a -21, el nivel más bajo registrado que indica un fuerte pesimismo. Casi la mitad de los industriales (50,9%) consideran que la cartera total de pedidos está “por debajo de lo normal”.
Las exportaciones se mantienen en niveles normales según el 55,4%, pero un 37,7% las califica como bajas, dejando un balance negativo. El 62,5% sostiene que sus stocks están adecuados, pero la dificultad de acceso al crédito empeora: un tercio reporta problemas.
La principal limitación para aumentar la producción sigue siendo la débil demanda interna (49,4%), seguida por la competencia de productos importados y la incertidumbre económica. Para los próximos tres meses, solo 15,6% espera un repunte en la producción, mientras que 22,7% anticipa una caída y la mayoría cree que se mantendrá estable.
Tanto las horas trabajadas como las plantillas laborales muestran balances negativos (-11,7% y -12,5%), reflejando una contracción en el empleo industrial. La Unión Industrial Argentina (UIA) informó que en agosto la actividad industrial cayó cerca del 3% interanual, con sectores golpeados como la construcción y la metalmecánica, afectados también por el alza de tasas de interés.
El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) que publicará el Indec hoy probablemente confirmará una economía en estancamiento o lenta caída, tras un PBI que bajó un 0,1% en el segundo trimestre.
Más allá de la estabilización cambiaria impulsada con apoyo político externo, Milei debe hoy hacer frente a la realidad de un mercado interno débil y consumidores cautelosos. Para ganar terreno en las urnas, será clave transmitir confianza en un futuro económico mejor que por ahora no aparece entre los números ni en la percepción empresarial.
