El presidente Javier Milei encabezó esta semana una presentación clave ante banqueros y gestores internacionales en un evento organizado por JP Morgan en Buenos Aires, donde delineó un ambicioso plan de inversiones para Argentina que supera los US$100.000 millones.
Durante su exposición, Milei destacó acuerdos energéticos y tecnológicos como el convenio entre YPF y la italiana ENI, y otro vinculado al “proyecto Stargate” de OpenAI. Según el mandatario, la mitad de estas inversiones ya están en marcha, con US$20.000 millones aprobados, US$5.000 millones en revisión y otros US$32.000 millones en presentación. A ello sumó US$55.000 millones en anuncios recientes.
“Argentina vive un punto de inflexión”, afirmó Milei, resaltando que los nuevos fundamentos macroeconómicos preparan el terreno para “una nueva ola de inversiones”. Vinculó el ingreso de capitales a la desregulación y la baja de impuestos, y aseguró que
“los mercados premian la consistencia y la coherencia”.
En línea con esto, el presidente prometió estabilidad regulatoria:
“Quien invierte hoy en la Argentina sabrá que las reglas no se cambiarán por decreto, sino que estarán protegidas por ley y por veto presidencial si fuera necesario”.
Milei también agradeció el respaldo de Estados Unidos, al que definió como “socio estratégico y referente de libertad”, y reconoció a JP Morgan por renovar su confianza en el país. El evento se realizó en el Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires, y contó con la participación de importantes actores económicos globales.
El presidente aseguró que Argentina “entró en la fase de crecimiento después del orden” y subrayó la importancia de mantener reglas claras para atraer y sostener inversión extranjera directa.
El plan energético, parte crucial del paquete, incluye impulsos a la industria petrolera con socios internacionales y el desarrollo de tecnología avanzada con foco en la inteligencia artificial.
La combinación de estos anuncios marca un giro en la política económica argentina, con un fuerte acento en la integración global y la apertura de mercados. Resta ver ahora cómo impactarán estos proyectos en cifras concretas de empleo y exportación a mediano plazo.


































