Miles de fanáticos argentinos están en camino a San Pablo para apoyar a Franco Colapinto en el Gran Premio de São Paulo, una de las últimas fechas del calendario 2025 de la Fórmula 1.
El piloto de Alpine será local de lujo en Interlagos, donde se espera una marea celeste y blanca que llegará desde ciudades como Buenos Aires, Rosario y Córdoba. Las agencias de viaje ya reportan vuelos casi agotados a Brasil y la web oficial del GP indica que casi todas las entradas están vendidas, excepto la tribuna G, cuyo ticket cuesta 700 dólares (más de un millón de pesos argentinos).
Colapinto suma protagonismo en la temporada y la Fórmula 1 lo destacó en el afiche oficial del GP, junto al local Gabriel Bortoleto y el siete veces campeón Lewis Hamilton. Esta elección fue vista como un reconocimiento a la pujante hinchada argentina que impulsa al piloto en cada carrera.
Tras un 2024 con abandono en Interlagos por un despiste bajo la lluvia, Colapinto llega con ganas de revancha y ambición. “¡Sí! Una fiesta, tengo muchas ganas de ir ahí en Brasil y disfrutar con todo. Se merecen un buen resultado y ojalá poder darles algo lindo”, confesó en el paddock después de la última carrera en México, donde terminó competitivo.
Acción desde el viernes con nuevo formato Sprint
La carrera brasileña tiene este año formato Sprint, lo que genera más actividad desde el viernes. La agenda arranca con la práctica libre a las 11.30, la clasificación Sprint a las 15.30 y el sábado la Sprint Race será a las 11, seguida de la clasificación general a las 15. El domingo, la largada del Gran Premio será a las 14.
Con puntos clave en juego para el campeonato, Colapinto buscará aprovechar la energía de su hinchada y los kilómetros de quilombos argentinos en las tribunas para escalar posiciones.
El desembarco de esta multitud celeste y blanca en Interlagos convierte a Brasil en una especie de “sucursal” argentina por unos días, marcando un fuerte pulso de pasión sudamericana en la elite mundial de la Fórmula 1. La temporada 2025 ya no se corre solo en Europa y Medio Oriente: en Sudamérica y con Franco como bandera, la F1 pisa fuerte.


































