En Misiones, más de la mitad de la producción familiar tiene rostro de mujer. Ellas no solo siembran y cuidan la tierra, sino que organizan, transmiten saberes ancestrales y mantienen vivas las comunidades rurales, papel clave que suele pasar desapercibido.
Con la mirada en el 15 de octubre, Día Internacional de la Mujer Rural, instituciones y organizaciones recorrieron municipio por municipio para visibilizar esta labor silenciosa. Encuentros, talleres y capacitaciones buscan destacar sus historias, luchas y aportes diarios.
“Lo que hacemos no es solo sembrar la tierra, también sembramos confianza, ayudamos a nuestras vecinas, nos acompañamos en los momentos difíciles. Es una red que no se ve, pero que está siempre”,
dijo Lorena, productora agroecológica del norte de Misiones.
Entre sus mayores aportes está la recuperación y transmisión de saberes ancestrales relacionados con la medicina natural y el uso de hierbas. Este conocimiento vuelve hoy a ocupar un lugar central en ferias y talleres comunitarios.
“Todo lo que me enseñó mi abuela lo práctico y también se lo enseño a mis hijas. La naturaleza nos da lo que necesitamos para curarnos”,
expresó Rosa, referente yerbatera del sur provincial.
El recorrido hacia el 15 de octubre incluyó capacitaciones productivas, espacios de salud integral y acciones de empoderamiento, preparando una jornada con impacto que va más allá de la conmemoración formal.
El próximo encuentro tendrá lugar el 17 de octubre en Azara, donde la Secretaría de Estado de Agricultura Familiar junto al municipio organizan el Encuentro Provincial de Mujeres de la Ruralidad, una oportunidad para celebrar y discutir desafíos y propuestas colectivas.
Las mujeres rurales de Misiones no solo sostienen el presente agrícola: proyectan un futuro más justo, equitativo y con mayores oportunidades para las comunidades del interior provincial.
