El actor sueco Björn Johan Andrésen, reconocido globalmente como el “niño más hermoso del mundo” tras su papel en Muerte en Venecia, murió el pasado sábado a los 70 años, confirmó el director Kristian Petri a Dagens Nyheter. Hasta el momento se desconocen las causas del fallecimiento.
Andrésen saltó a la fama en 1971 con apenas 15 años al interpretar a Tadzio en la adaptación cinematográfica dirigida por el italiano Luchino Visconti. Su papel de joven objeto de obsesión del personaje de Dirk Bogarde lo convirtió en un ícono y le valió una fama que él mismo describió como una carga dolorosa.
“Me sentí como un animal exótico enjaulado”, dijo Andrésen en una entrevista con The Guardian, relatando cómo la imagen de “niño hermoso” impactó negativamente su vida y carrera.
Su debut fue con la película Historia de amor sueco, y participó en más de 30 producciones, entre ellas un pequeño papel en el éxito de terror Midsommar. Además, desarrolló una carrera paralela como músico y fue estrella del pop en Japón con la banda Sven Erics.
Su vida estuvo marcada por tragedias personales: perdió a sus padres muy joven, su madre por suicidio cuando él tenía 10 años y su padre en un accidente posterior. Fue criado por su abuela. La pérdida fue recurrente con la muerte de su hijo Elvin a los 9 meses por síndrome de muerte súbita, lo que lo arrastró a problemas con el alcohol y la depresión.
En sus años finales, Andrésen vivía en un pequeño departamento en Estocolmo. En 2021, fue protagonista del documental The Most Beautiful Boy in the World, dirigido por Petri y Kristina Lindström, que retrató sus años de fama, encasillamiento y dificultades personales. El film ganó el Gran Premio del Jurado en Sundance.
Sobre la filmación de Muerte en Venecia Andrésen recordó episodios oscuros, denunciando a Visconti como un “depredador cultural” y un ambiente tóxico en el set. Contó además experiencias perturbadoras durante la promoción del film, especialmente en Cannes.
“Nunca había visto tantos fascistas y gilipollas como en el cine y el teatro”, declaró sobre su experiencia en el mundo del espectáculo.
La muerte de Andrésen cierra la historia de un actor que fue ícono de una época pero cuyo legado personal estuvo marcado por la sombra de una fama precoz y dolorosa.
