Los trabajadores del Hospital Garrahan lanzaron este martes un paro de 48 horas en rechazo a las condiciones salariales vigentes, a pesar del bono extraordinario anunciado por el Gobierno nacional y el Consejo de Administración de la institución.
La medida de fuerza, que se extiende hasta el jueves, forma parte de un plan de lucha mayor que coincide con el debate inminente en el Senado sobre el veto presidencial a la Ley de Emergencia Pediátrica.
Alejandro Lipcovich, secretario general de ATE Garrahan, reconoció que el pago del bono —de 450.000 pesos para el personal asistencial y 350.000 para administrativo— es “una primera conquista”, pero sostuvo que no resuelve el problema de base.
“Se trata de un alivio transitorio, ya que no es remunerativo ni se incorpora al salario básico”, afirmó Lipcovich, y remarcó la necesidad de implementar la ley aprobada por el Congreso para recomponer los ingresos.
Desde el Ministerio de Salud, el titular Mario Lugones celebró el anuncio y atribuyó el logro a “una gestión eficiente” y a la redistribución interna de recursos.
“Durante décadas, los profesionales de la salud han estado mal remunerados. Hoy empezamos a revertir esa injusticia”, dijo en redes sociales, y felicitó al Consejo por destinar “cada peso a lo que importa: los equipos de salud, la calidad y los pacientes”.
El conflicto se desarrolla en un contexto de alta inflación y pérdida constante del poder adquisitivo en el sector público. Para los gremios, el bono es un avance parcial, insuficiente frente a reclamos que combinan mejores salarios y la vigencia efectiva de la Ley de Emergencia Pediátrica.
El desenlace del conflicto podría definirse esta semana, cuando el Senado trate el veto presidencial a la ley que exige mejoras urgentes para la atención pediátrica.
La tensión en el Garrahan pone en evidencia la crisis salarial que atraviesan los trabajadores de la salud en Argentina, donde los reclamos se mezclan con demandas por mejores condiciones laborales y presupuestarias.
