Aparecer canas a los 14 años no es solo cuestión de edad, alerta la ciencia. Ashley Sukru, canadiense, tuvo la primera cana en una secundaria y su familia tiene el mismo patrón: su madre encaneció a los 14 y su abuela a los 17. Los especialistas coinciden en que la genética es el principal factor detrás del encanecimiento prematuro, que afecta hoy a cada vez más jóvenes entre 20 y 30 años.
En promedio, en personas caucásicas las canas aparecen a los 35 años, y más tarde en asiáticos y africanos. Si surgen antes de los 20 años en caucásicos, se consideran prematuras. El dermatólogo Sermed Mezher, en Reino Unido, explicó que las células responsables del color, los melanocitos, pierden capacidad para generar pigmento con el tiempo, pero también pueden verse afectadas por el estrés y la nutrición.
Investigaciones recientes muestran que deficiencias en vitamina B12, cobre, hierro, zinc y folato están relacionadas con la aparición anticipada de canas. La vitamina B12 es clave por su rol en la producción de glóbulos rojos que oxigenan los folículos capilares. Según Mezher, las dietas veganas sin suplementos adecuados aumentan el riesgo de bajas en B12.
El cobre activa la enzima tirosinasa, crucial para la melanina, el pigmento del pelo. Alimentos como mariscos, semillas de sésamo y verduras de hoja verde aportan cobre, pero un exceso de zinc o vitamina C puede bloquear su absorción. La nutricionista Maria Marlowe advierte que muchos jóvenes toman suplementos de zinc para reforzar el sistema inmune sin balancear con cobre, empeorando el problema.
Marloew, quien comenzó a encanecer a los 20 años, detectó además niveles tóxicos de plomo y cadmio, metales pesados que difíciles de eliminar y presentes en alimentos contaminados y el ambiente. “El cuerpo no procesa bien estos metales y puede afectar la absorción de minerales esenciales para el cabello”, comentó.
¿Se pueden revertir las canas?
Un estudio de la Universidad de Columbia halló que reducir el estrés puede restaurar el color del cabello, y se cree que lo mismo puede pasar corrigiendo deficiencias nutricionales. Mezher aclara que en la mayoría de los casos genéticos no hay reversión, pero sí se puede frenar la aparición de más canas si se suplementa a tiempo y se cuida el estilo de vida.
La clave es detectar bajas de vitaminas o minerales mediante análisis clínicos antes de automedicarse. María Marlowe notó que tras mejorar su dieta y controlar la exposición a metales pesados, parte de su cabello volvió a oscurecerse, aunque no del todo.
También es importante el aporte de antioxidantes, presentes en frutas y verduras, que neutralizan los radicales libres que dañan el ADN y provocan el desgaste de los folículos. Factores como el cigarrillo, el alcohol, la contaminación y el estrés psicológico aumentan el “estrés oxidativo”, acelerando las canas.
Ashley Sukru, tras años de ocultar sus canas, decidió aceptarlas y ahora lidera una comunidad en redes sociales que desafía el estigma. “Las canas no envejecen, son una declaración de identidad única”, dice. Su caso marca un cambio cultural sobre lo que significa tener canas a una edad temprana.
El fenómeno del encanecimiento prematuro gana terreno y las consultas médicas aumentan. Expertos insisten en que no hay fórmula mágica, pero una dieta balanceada, controles médicos, y evitar el estrés pueden hacer la diferencia en la salud capilar.
