Este sábado Puerto Piray, en el departamento de Montecarlo, Misiones, cumple 151 años desde su fundación, marcada oficialmente el 4 de octubre de 1874 tras la llegada de Juan Francisco Goicochea. La localidad celebra además a su santo patrono, San Francisco de Asís.
Goicochea fue pieza clave: levantó el puerto que dio nombre a la ciudad y concentró comercio de yerba mate transportada por el río Paraná. Este puerto fue vital hasta los años 40, cuando el avance de caminos asfaltados y vías terrestres disminuyó su importancia.
En 1934 se instaló la papelera Celulosa Argentina, una firma industrial que llevó trabajo, población y desarrollo. La empresa dividió tierras y vendió parcelas a sus empleados, impulsando el crecimiento urbano. La planta comenzó a operar plenamente en 1956, y un año después se formó la Comisión de Fomento local.
El desarrollo avanzó con el trabajo de cientos de inmigrantes, principalmente paraguayos que escaparon de la revolución de 1947. Bajo la dirección del italiano Adolfino Mioni y con la mano dura de estos pioneros, se construyeron más de 100 kilómetros de caminos y puentes que conectaron la zona con el resto de Misiones.
El 4 de octubre de 1969 la parroquia dedicada a San Francisco de Asís fue inaugurada por monseñor Jorge Kemerer, reforzando el centro comunitario y espiritual del pueblo. La iglesia fue iniciativa de Celulosa Argentina, con el apoyo del capellán padre Rodolfo Scripgick y sucesores como Guillermo Bayer y Waldemar Ringeltammbier, quienes incluso fundaron el jardín de infantes Mi Calesita.
La fábrica de celulosa fue motor económico por décadas, aunque quebró en los 80. Puerto Piray siguió creciendo con la industria forestal, base actual de su economía y fuente de empleo para la comunidad.
Destaca también el Colegio Nuestra Señora de los Milagros, un vestigio del auge industrial que funciona aún en una zona alejada del centro urbano actual.
Con 151 años, Puerto Piray respira historia y sigue adelante como un referente del desarrollo misionero en la región.
