Santiago Muñoz Machado, director de la Real Academia Española, confirmó esta semana que la palabra “judío” sigue incluida en el diccionario con su acepción histórica que significa “avaro”, aunque esta definición es considerada ofensiva por sectores de la comunidad judía y otras colectividades. La RAE enfrenta críticas por mantener términos que generan polémica a pesar de pedidos para su revisión.
Durante un plenario público extraordinario, Muñoz Machado defendió que la decisión sobre el uso del idioma es popular, y que la academia solo fija normas “derivadas del uso real y comprobado” del español, que hoy hablan más de 600 millones en todo el mundo. Señaló además posibles “injerencias” de poderes políticos intentando modificar el lenguaje, pero sostuvo firme el papel regulador de la RAE.
El debate volvió a tomar impulso porque, además de “judío”, palabras como “gitano” tienen definiciones que se consideran “inaceptables” o “ofensivas” para diferentes colectivos. La cuestión sobre qué responsabilidad debe tener la RAE en la regulación de términos sensibles sigue abierta y genera opiniones divididas dentro y fuera de la institución.
¿Qué traerá la próxima edición del diccionario?
La actualización del Diccionario de la RAE parece incluir novedades en estas definiciones polémicas, aunque no hay confirmación oficial sobre modificaciones concretas. Expertos y activistas están atentos a ver si la academia finalmente ajusta términos con carga peyorativa o sigue atada a su criterio tradicional basado en el uso histórico y popular.
Esta polémica pone en tensión el papel de la RAE en un mundo cambiante, que reclama mayor sensibilidad en el lenguaje, enfrentando su misión como la autoridad máxima del español y la realidad social actual.
































