En el corazón de Parque Avellaneda abrió este 25 de mayo un bar subterráneo que revive la Buenos Aires de los años 50, la época dorada del tango. Cristian Díaz Gattuso, restaurador de bares y vecino de la zona, recuperó un sótano que durante décadas estuvo cerrado y olvidado, transformándolo en “La Populacha”, un refugio exclusivo para nostálgicos y amantes del tango.
El bar está escondido bajo el Bodegón Olivera, otro proyecto de Díaz Gattuso, en un edificio que data de 1940 cuando funcionaba el Café del Sol y el viejo almacén de ramos generales que le da historia al lugar.
Durante años, el sótano fue un depósito de un comedor barrial y no se podía entrar. El espacio conserva vigentes paredes y elementos originales, con mínimas modificaciones para mantener su esencia. Según Díaz Gattuso, “es un búnker de la nostalgia” que rinde homenaje a una Buenos Aires que se pierde, pero aquí vuelve a brillar.
El proyecto nació tras la compra del inmueble en 2022, tras convencer a la dueña del comedor, negociaciones personales y el apoyo económico de su esposa. Empezó con la reapertura del bodegón en octubre de 2022 y después trabajó dos años en restaurar el sótano donde finalmente inauguró el bar con ambiente y decoración 50’s.
Una vecina del barrio le aportó una colección única de partituras y fotos de Ignacio Corsini, figura icónica del tango. Díaz Gattuso decidió que el bar debía rendir tributo a las mujeres porteñas y a la historia del tango. El nombre “La Populacha” viene de una partitura emblemática de Rosita Quiroga, primera cantante de tango del país.
En la entrada, una placa anuncia al bar como “el primer bar secreto de Buenos Aires”. Se exhiben objetos históricos como un bandoneón de Aníbal Troilo, vitrolas centenarias y un mural dedicado a figuras como Tita Merello, Eva Duarte y Moria Casán. El lugar sólo recibe quince personas a la vez para preservar su carácter íntimo.
Santiago Arenas, el bartender, maneja una carta de clásicos del cóctel con un fuerte respeto por la tradición porteña. No usan Coca Cola, sólo soda o tónicas premium, y predominan tragos que invitan a la charla y el disfrute tranquilo. Arenas define el bar así: “Somos de la vieja escuela, acá venís a hablar y conectar, no a estar con el celular”.
La Populacha ya se convirtió en parada obligada de vecinos y exploradores de la noche que buscan reconectar con la cultura y el espíritu de otros tiempos. Su apertura marca una apuesta fuerte en Parque Avellaneda por rescatar su identidad y hacer que la historia porteña no se pierda bajo tierra.


































