River atraviesa su peor racha desde que Marcelo Gallardo dirige: cuatro derrotas consecutivas tras la eliminación en la Copa Libertadores.
Es la primera vez que el equipo suma un cuarto traspié seguido en la era del Muñeco, y la reacción del público fue brutal: una silbatina estruendosa para gran parte del plantel que nunca se había visto en Núñez. “Nunca había pasado algo así en este ciclo”, afirmó el periodista Juan Balbi en ESPN.
En el último partido, lo poco rescatable fue la actitud y el gol de Giuliano Galoppo, uno de los pocos jugadores que intentó darle otro tono al equipo. Matías Salas, expulsado pero aplaudido, fue otra expresión clara de entrega.
“El hincha lo hizo como una valoración a Galoppo y Salas y un reclamo a los demás – dijo Balbi – Hubo errores groseros en defensa, como el de Bustos, y Castano y Borja recibieron silbidos hasta antes del partido por su bajo rendimiento.”
También el exjugador colombiano Miguel Borja carga con la bronca generalizada por su larga sequía goleadora. Los jugadores que descansaron en la última fecha como Montiel y Enzo Pérez tampoco convencen y el ciclo parece entrampado en un bucle negativo del que el equipo no logra salir.
“Quintero fue de lo más claro dentro de un equipo que genera pocas certezas. Gallardo tendrá que armar un equipo para la Copa Argentina, que dé más confianza. Para el duelo con Racing, sólo Armani, Quintero, Galoppo, Salas y Acuña son fijos,” agregó Balbi.
Los silbidos fueron para casi todos, algunos como Paulo Díaz, Kevin Castano y Borja destacan por la desaprobación, mientras que entre los suplentes el hartazgo se extiende a Boselli, Galarza y Facundo Colidio, quien fue silbado y aplaudido simultáneamente.
La crisis va más allá de resultados y refleja un desgaste físico y anímico tras un año difícil para Gallardo y su plantel. “Esto marca un desgaste normal por un año donde los jugadores le han fallado a los hinchas, y la silbatina es una expresión justa de ese mal momento,” concluyó Balbi.
River necesita urgentemente una reacción que recupere la confianza y ponga fin a esta racha inédita en plena temporada. Cada error se paga con bronca y el Muñeco debe rearmar rápido para evitar nuevos golpes.
