Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), ganó la segunda vuelta electoral en Bolivia con el 54,57% de los votos, según datos preliminares. Será el próximo presidente del país, desplazando a Luis Arce del Movimiento al Socialismo (MAS).
Este balotaje es histórico: es la primera vez desde la introducción de la segunda vuelta en la Constitución de 2009 que se aplica este mecanismo electoral en Bolivia. Paz logró revertir su resultado de la primera vuelta, donde cosechó apenas un 32,14% frente al 26,81% de su rival más cercano, Jorge Quiroga.
El recambio presidencial está previsto para noviembre de 2025 y con él se da un giro claro respecto a las políticas del “socialismo del siglo XXI” instaurado por Evo Morales durante casi dos décadas. Paz pertenece a la centro derecha y apuesta por mantener programas sociales, pero también impulsa un plan económico de incentivos fiscales para pequeñas empresas y mayor autonomía regional.
El vicepresidente electo, Edman Lara, aseguró tras la victoria:
“Hoy el pueblo nos da la oportunidad de gobernar Bolivia. Es tiempo de hermanarnos, es tiempo de reconciliarnos. Se acabaron los colores políticos”
y adelantó que viajarán a La Paz para trabajar ya en soluciones a la crisis económica que atraviesa el país.
Rodrigo Paz nació en España durante el exilio de su familia por la dictadura boliviana. Es hijo del expresidente Jaime Paz Zamora (1989-1993). Tiene 58 años y una carrera política que arrancó en Tarija, región gasífera del sur, donde fue concejal, alcalde y actualmente senador.
En campaña, se comprometió a mejorar las relaciones diplomáticas con Occidente, incluyendo Estados Unidos, después de años de alianza política de Bolivia con Rusia y China. Su llegada al poder marca una transformación en el mapa político boliviano tras cuatro gobiernos vinculados al MAS.
Con un 54,57% frente al 45,44% de su adversario, Paz cuenta con un amplio margen para gobernar hasta 2030, un mandato que esta elección definió en un escenario político hasta ahora inédito en Bolivia.
