Sanae Takaichi hizo historia al convertirse en la primera mujer en gobernar Japón tras ser elegida este martes líder del país.
La política conservadora y dura, admiradora del ex primer ministro Shinzo Abe y de la británica Margaret Thatcher, fue votada con 237 apoyos entre los 465 escaños de la cámara baja del Parlamento y logró un respaldo similar en la cámara alta.
Takaichi llega al poder gracias a un acuerdo de su partido, el Partido Liberal Democrático (PDL), con el derechista Partido de Innovación de Japón (Ishin). Juntos están a solo dos votos de la mayoría necesaria en la cámara baja, lo que la obliga a buscar apoyo de opositores para avanzar sus planes.
Su mandato abre un nuevo capítulo para Japón, que enfrenta bajo crecimiento y alta inflación. Takaichi prometió reactivar la economía con planes de estímulo, una clara señal de continuidad con la línea económica del fallecido Shinzo Abe.
Sin embargo, su gabinete incluye solo a dos mujeres, lo que ha generado críticas sobre la representación femenina en el gobierno, a pesar de romper el histórico techo de cristal en el país asiático.
La alianza con Ishin marca también un giro hacia la derecha, con un perfil nacionalista y reformista que puede cambiar el rumbo en temas clave de política interna y exterior.
Japón busca ahora estabilizar su crecimiento mientras ajusta sus políticas monetarias y fiscales. Takaichi tendrá que demostrar capacidad para manejar una coalición frágil y competir con la oposición que controla la mayoría relativa.
El mundo sigue atento, ya que Japón es una potencia clave en la región Asia-Pacífico y cualquier cambio en su conducción impacta en la economía global y las relaciones diplomáticas.
