En medio del ruido político y la incertidumbre electoral, un escritor argentino encontró en un videojuego una metáfora brutal de la realidad social y política actual.
Rudy, autor de “Monólogo del izquierdista recuperado”, relata cómo decidió pasar sus horas “aburridas” evitando la política con un videojuego llamado Mitosis. En este juego digital, cada jugador es un círculo que debe comer a los demás para crecer, dividirse para ser más rápido o unirse para ser más fuerte, una dinámica sin alianzas ni solidaridad, donde el único objetivo es sobrevivir y dominar.
Rudy compara esta mecánica con la realidad política argentina actual. Su voto, dice, “vale menos que el peso Ley 18.188”, aludiendo a la sensación de invisibilidad y falta de impacto que siente por su edad, clase social y trayectoria. En vez de seguir los spots y debates, prefiere un juego en el que la alianza está descartada y solo importa la estrategia de dividirse o unirse para no ser devorado.
“Cuando dos entran en contacto uno se manda al otro”, explica Rudy sobre la feroz competencia en el juego y por extensión en la sociedad política.
Con esta metáfora, el autor denuncia la ausencia de propuestas realmente sustentables, sin odios ni polarización, que prometan algo sólido a un votante desencantado. Todo se resume a sobrevivir fragmentado y en tensión constante. “¿Estuve boludo, no?”, se pregunta con humor amargo después de tantas horas frente a la pantalla.
El juego se ubica en una “galaxia oscura” llena de fragmentos que suman masa, pero cada movimiento resta masa al jugador. La estrategia de dividirse es clave porque un jugador grande es lento; dividirse permite velocidad pero implica riesgos. Este ciclo permanente de fragmentación y unión dibuja una imagen inquietante para cualquiera que quiera entender la dinámica social actual.
Rudy invita a complementar esta lectura con un video de 2016, el monólogo “Pobreza CEO”, que, aunque viejo, sigue siendo tristemente vigente.
En estas horas de definiciones electorales, la reflexión del autor suma un ángulo crudo: la política y la sociedad se partieron en células vivas que solo piensan en cómo no ser devoradas, sin un espacio, al menos visible, para la cooperación o proyectos colectivos que alimenten un futuro distinto.
































