Al menos 64 personas murieron y 81 fueron detenidas en un operativo policial masivo contra el Comando Vermelho, una de las bandas más poderosas en Brasil. La acción tuvo lugar en Río de Janeiro y generó escenas de extrema violencia que las autoridades describieron como “escenas de guerra”.
La policía desplegó un operativo coordinado que incluyó a cientos de efectivos con el objetivo de desmantelar el control territorial de esta organización criminal enfocada en el narcotráfico y otros delitos. Los agentes informaron que la operación buscaba recuperar barrios y frenar la escalada de violencia que afecta a la ciudad hace años.
Los enfrentamientos fueron intensos y prolongados. Testigos reportaron disparos constantes y vehículos policiales dañados. Fuentes oficiales detallaron que la mayoría de las víctimas fallecieron en choques armados con las fuerzas de seguridad. Entre los detenidos hay presuntos líderes y miembros activos del Comando Vermelho.
Las autoridades brasileñas mantienen estricta vigilancia en la zona y anunciaron que continuarán con las investigaciones para capturar al resto de los integrantes del grupo. El operativo deja una marca dura en Río, que busca contener la violencia causada por las bandas organizadas.
Esta escalada recuerda que la inseguridad extrema sigue siendo un desafío urgente en las principales ciudades brasileñas, con consecuencias evidentes para la región y potencial impacto en la dinámica criminal del Cono Sur.


































