La recta final de la campaña para las elecciones legislativas del 26 de octubre se tiñe de violencia política en varias provincias argentinas. Distintos incidentes entre dirigentes y militantes de partidos opuestos muestran una escalada de agresiones que aumenta la tensión del ambiente electoral.
En Chaco, el diputado ultrakirchnerista Aldo Leiva protagonizó un duro enfrentamiento con militantes de La Libertad Avanza. En un video viralizado, Leiva aparece agrediendo a patadas y empujones a manifestantes en la Plaza General San Martín de Resistencia, y también empujando un teléfono a un periodista que intentaba registrar los hechos. La situación escaló al punto de que Leiva intentó pelear con un periodista presente en el lugar, provocando destrozos y un clima aún más tenso.
Mientras tanto, en La Rioja, el diputado Martín Menem fue blanco de insultos y chicanas ligados a acusaciones de corrupción. Ciudadanos indignados intentaron provocar confrontaciones directas, evidenciando el alto nivel de crispación que rodea a los candidatos.
Otro episodio de violencia se registró en Formosa, donde un militante de La Libertad Avanza denunció haber sido atacado “en patota” por militantes kirchneristas, confirmando el choque frontal entre fuerzas políticas opuestas en plena campaña.
La violencia llegó a una coyuntura grave cuando el líder de La Libertad Avanza, Javier Milei, debió abandonar una caravana en Lomas de Zamora luego de ser atacado con pedradas por manifestantes. Situaciones similares ocurrieron en Tierra del Fuego y Santa Fe, donde la seguridad también se volvió motivo de preocupación para los equipos de campaña.
Estos incidentes ponen en evidencia el clima agresivo y la polarización extrema que atraviesa la política argentina en este momento crítico previo a las elecciones legislativas. La violencia ya no se limita a enfrentamientos verbales, sino que se convierte en una amenaza para la seguridad tanto de políticos como de la prensa y de los militantes.
