Desde su escondite, el líder prófugo de Perú Libre, Vladimir Cerrón, afirmó que la destitución de la presidenta Dina Boluarte era un resultado esperado en la política peruana actual. El exgobernador de Junín sostuvo que la alianza que sostuvo a Boluarte desde diciembre, tras la salida de Pedro Castillo, estaba destinada a cumplir un objetivo temporal: consolidar el golpe que la puso en el poder y luego desplazarla.
“No es cuestión de profecía. Era fácil darse cuenta los plazos de una alianza”, escribió Cerrón en redes sociales.
El dirigente acusó a las bancadas de derecha —especialmente a Fuerza Popular y Alianza Para el Progreso— de haber blindado a Boluarte hasta usarla como carga política ante la cercanía de las próximas elecciones generales en 2026. Según él, el Congreso esperó los “dos meses y diez días” necesarios para evitar la disolución y luego ejecutó la vacancia para salvar sus propios intereses electorales.
Cerrón definió el fin de Boluarte como el colapso de un “pacto oportunista” que terminó en traiciones internas y batallas por la hegemonía política.
Desafíos para el interino José Jerí
Mientras tanto, quien tomó la presidencia del Congreso, José Jerí, arrastra una imagen complicada por denuncias y corrupción, y enfrenta divisiones internas que piden renovar la Mesa Directiva. Algunos legisladores apoyan su liderazgo en esta nueva etapa de transición, pero otros buscan anticipar elecciones.
En las calles no cesan las protestas. A pesar de la caída de Boluarte, cientos siguen movilizándose en varias regiones en rechazo al gobierno y al Congreso, manteniendo la tensión política y social.
El politólogo Fernando Tuesta Soldevilla, de la PUCP, advirtió que una mala elección del presidente interino podría aumentar la conflictividad. “La destitución de Boluarte podría ser percibida como una concesión a la presión popular”, señaló, recordando que el Congreso debe actuar con “racionalidad estratégica” para no profundizar la crisis.
El futuro político del Perú sigue inestable y la atención se centra ahora en cómo Jerí y el Parlamento manejarán la transición y la agenda electoral que se avecina.
