Volvo Trucks anunció un salto del 25% en ventas de camiones a gas durante 2024, superando las 8.000 unidades en todo el mundo. Los principales mercados donde se registra el mayor crecimiento son Suecia, Noruega, Países Bajos, España y Reino Unido.
La compañía afirma que sus camiones a gas, disponibles en los modelos FM, FH y FH Aero, combinan la potencia y rendimiento de sus motores diésel con una reducción significativa de emisiones de carbono. Estos vehículos pueden funcionar con gas natural licuado (GNL) o biogás, un combustible renovable producido a partir de residuos orgánicos, que permitiría eliminar hasta el 100% de emisiones de CO2.
Los camiones Volvo a gas tienen una autonomía de hasta 1.000 kilómetros y están certificados para cargas de hasta 60 toneladas, lo que los hace aptos para transporte de larga distancia, distribución regional y tareas de construcción.
Jan Hjelmgren, Director de Gestión de Productos en Volvo Trucks, afirmó: “Muchos clientes eligen reemplazar sus camiones diésel por camiones a gas para reducir sus emisiones de CO2 de forma inmediata.”
Hjelmgren destacó que estos camiones ofrecen un costo operativo competitivo y reducen la huella de carbono sin afectar la productividad ni la comodidad de los conductores, que valoran especialmente el bajo ruido y la respuesta del motor.
El incremento en la producción global de biogás, que creció 21% en 2024, fortalece el acceso a este combustible renovable. En países con incentivos fiscales para biogás y otros combustibles verdes, esta opción se vuelve más rentable que el diésel tradicional.
Volvo desarrolló su motor a gas basado en el reconocido diésel D13 con tecnología HPDI (inyección directa a alta presión), desarrollado junto a Cespira. El motor utiliza una pequeña cantidad de diésel para el encendido y puede funcionar con HVO (aceite vegetal hidrogenado), lo que permite hasta una reducción del 100% de emisiones “del pozo a la rueda.”
El GNL convencional también ayuda a reducir emisiones en un 20% respecto a los camiones diésel. Esta oferta se enmarca en la estrategia de Volvo para alcanzar emisiones netas cero para 2040, que además incluye vehículos eléctricos de batería y de pila de combustible.
