Cerca de 250.000 personas marcharon este domingo en Ámsterdam para exigir el fin de la guerra en Gaza y presionar al gobierno neerlandés a tomar medidas contra Israel. Los manifestantes, vestidos de rojo, portaron afiches pidiendo sanciones y el reconocimiento del Estado palestino, a pesar de la lluvia intermitente.
La convocatoria, conocida como la “línea roja” (Rode lijn), llevó a miles a protestar diversas horas en las calles de la capital neerlandesa. Sebastiaan Poos, un hombre de 68 años venido desde Eindhoven, dejó claro el mensaje:
“Espero que impongan sanciones a Israel, que cese el comercio y que se reconozca al Estado palestino”
.
La marcha masiva ocurre en un contexto de creciente tensión internacional. El primer ministro neerlandés, Dick Schoof, respondió en redes sociales que entiende “la ira, la preocupación y la sensación de impotencia” de los manifestantes. Añadió que el gobierno ha impulsado presión diplomática contra el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y evalúa acciones conjuntas con socios internacionales.
Paralelamente, en París, miles marcharon para exigir la liberación de los rehenes capturados en Gaza. Jean-David Ichay, líder de la organización “Todos 7 de Octubre”, dijo que la manifestación también recordaba el aniversario de dos años del 7 de octubre y rendía homenaje a las víctimas.
Las protestas por la crisis en Gaza se extendieron el sábado a otras capitales europeas como Roma, Barcelona y Madrid, tras la interceptación por parte de Israel de una flotilla internacional de ayuda humanitaria.
Además, más de 300 instituciones culturales y 870 artistas de Países Bajos y Bélgica anunciaron un “boicot cultural” a Israel, denunciando un “genocidio” en Gaza y la prolongada ocupación en Cisjordania.
El énfasis internacional sobre la crisis saca a la luz la presión sobre gobiernos y organizaciones para actuar. Por ahora, los gobiernos europeos intentan equilibrar la diplomacia y la indignación popular mientras el conflicto en Gaza sigue activo.
