La Fiscalía en México abrió una investigación exhaustiva tras el asesinato del cantante colombiano Bayron Sánchez Salazar, conocido como B-King, y su colega Jorge Luis Herrera Lemos. Ambos cuerpos fueron encontrados en un sitio con un cartel firmado por el cártel ‘Familia Michoacana’, que los señalaba como “vendedores y chapulines”.
En medio de las pesquisas, las autoridades no descartan una posible relación entre los artistas y el exnarcotraficante colombiano Camilo Torres Martínez, alias Fritanga, condenado por tráfico de cocaína y lavado de activos. B-King había reconocido públicamente en una entrevista su relación con Fritanga, describiéndolo como una figura caritativa, un “Robin Hood” para muchas personas.
Fritanga tenía un historial criminal extenso. Inicialmente vinculado con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), movió cargamentos estratégicos de droga desde Colombia hacia Panamá, Honduras, México y Estados Unidos. Tras fingir su propia muerte con certificados falsos y evadir a la justicia durante dos años, fue capturado hace 13 años en su ostentosa boda en la isla Múcura, Caribe colombiano.
Extraditado a Estados Unidos en 2013, cumplió condena por narcotráfico y lavado. En 2019 fue deportado a Colombia y cumple pena en la cárcel La Paz, Itagüí. Desde ahí negó tener vínculo con B-King.
“Él es sobrino de una expareja que tuve hace más de 13 años, con quien no tengo ningún tipo de relación […] No tengo nada que ver, son hechos aislados”, dijo a El Tiempo.
Los cuerpos de B-King y Jorge Luis Herrera fueron hallados junto a un mensaje del cartel ‘Familia Michoacana’, uno de los grupos criminales más violentos de México. La fiscalía busca determinar si ambos artistas tenían nexos con redes delictivas o si fueron víctimas de ajuste de cuentas.
La expareja de B-King, la reconocida DJ Marcela Reyes, expresó su dolor tras confirmarse la noticia: “Un dolor tan inmenso que no tiene palabras”. La música colombiana está conmocionada por el crimen que suma dudas sobre las posibles conexiones del cantante con el mundo del narcotráfico.
Las autoridades mexicanas mantienen máxima alerta en la región y prometen esclarecer el doble homicidio mientras continúan las pesquisas para confirmar la relación entre los asesinados y el crimen organizado.
