Omayra Sánchez, la niña de 13 años que murió atrapada en el lodo tras la erupción del Nevado del Ruiz en Armero, avanza en un proceso para ser beatificada ante el Vaticano. Su imagen, símbolo del dolor nacional desde la tragedia ocurrida en 1985 con 25.000 muertos, es objeto de una petición liderada por la abogada colombiana Natalia Bernal Cano, desde Francia.
Bernal Cano aseguró que el papeleo ya fue presentado ante el Vaticano. Ella ha documentado decenas de testimonios que atribuyen a Omayra la intercesión milagrosa en curaciones, embarazos de riesgo y recuperación de niños enfermos. Explicó que tras la muerte de la menor, surgieron placas conmemorativas en Armero donde familiares agradecen “milagros concedidos” vinculados a su sacrificio.
La abogada afirma que, durante las fatales 72 horas de agonía, Omayra pidió a los rescatistas descansar para que salvaran a otros antes que a ella, rezaba constantemente y cantaba alabanzas a la Virgen. Gustavo Lastro, integrante de la Defensa Civil presente en sus últimos momentos, confirmó que la niña los animaba pese al sufrimiento.
Bernal Cano explicó que el Vaticano respondió que los trámites deben empezar en Colombia con la Conferencia Episcopal, aunque le indicaron que el sacrificio de Omayra encaja con los criterios para considerar a alguien digno de santidad, según la directriz del papa Francisco.
La iniciativa tomó fuerza con un grupo del Tolima que en 2017 le planteó al papa Francisco la posibilidad de canonizar a Omayra durante su visita al país. Hasta ahora, la Iglesia colombiana no ha definido si avanza o no con la causa oficialmente.
De Francia, Bernal Cano manifestó frustración por la lentitud del proceso en Colombia y dijo que algunos líderes eclesiásticos no la apoyan. Aseguró que no dejará caer la causa: “Su sacrificio fue para salvar vidas, eso no lo hace nadie”.
El fenómeno de fe alrededor de Omayra se mantiene vigente a cuatro décadas de la tragedia que sepultó a Armero bajo lodo. La zona fue declarada camposanto por Juan Pablo II en 1986 y recibe a cientos de visitantes que rinden homenaje y dejan placas en recuerdo de los supuestos milagros.
Bernal Cano ha compilado más de cien casos en los que familias atribuyen a Omayra la esperanza y la recuperación de sus hijos. Un testimonio destacado es el de una mujer chilena que afirma haber recibido una operación milagrosa luego de encomendarse a la niña.
La causa para la beatificación de Omayra pone en el centro la historia de una niña que, atrapada y a punto de morir, elevó su sacrificio por otros, y que hoy remueve la fe y el debate dentro de la Iglesia en Colombia y el Vaticano.


































