Los baristas sindicalizados de Starbucks en Estados Unidos se preparan para dar inicio a la huelga más grande en su historia el próximo 13 de noviembre. La acción afectará más de 25 ciudades y coincide con el día clave para la cadena, conocido como “Red Cup Day”, uno de los más activos del año.
La organización Starbucks Workers United, que agrupa a empleados en cerca de 550 tiendas de las aproximadamente 10.000 que opera Starbucks en el país, votó con un 92% de apoyo para autorizar una suspensión laboral indefinida si la empresa no mejora sus ofertas y cumple con sus demandas.
Los baristas reclaman un contrato que garantice aumentos salariales reales, suficientes horas para obtener beneficios, y un fin a lo que denominan tácticas antisindicales. En respuesta, directores regionales de la Junta Nacional de Relaciones Laborales han presentado más de 100 denuncias por supuestas prácticas ilegales, como cierres de tiendas, despidos de activistas y negativa a negociar.
“La huelga será la más grande en la que hemos estado y estamos listos para ir hasta donde sea necesario”, dijo Silvia Baldwin, barista y delegada del sindicato en Filadelfia. También alertó que la huelga podría ampliarse si no hay avances en las negociaciones.
Por su parte, Starbucks respondió por medio de su vocera Jaci Anderson, señalando que el sindicato representa solo al 4% de sus empleados y lamentan que hayan preferido la huelga en vez de regresar a la mesa de diálogo. La empresa asegura que ya ofrece uno de los mejores paquetes del sector, con salarios promedio por encima de US$19 la hora más beneficios que elevan la compensación total a más de US$30 por hora.
Los conflictos sindicales han marcado a Starbucks desde hace casi cuatro años. En febrero de 2024, ambas partes intentaron acercarse, pero los términos no se concretaron y las tensiones volvieron a escalar. El CEO Brian Niccol ha impulsado cambios para recuperar la cadena, lo que ha generado descontento en algunos empleados, particularmente por políticas que les exigen mensajes motivadores en los vasos de los clientes y condiciones estrictas para preparar bebidas.
En septiembre pasado, Starbucks cerró cientos de tiendas, incluidas 59 sindicalizadas, lo que tensionó aún más la relación con sus trabajadores.
Las acciones de Starbucks subieron 2,7% este miércoles tras el anuncio de la huelga, aunque acumulan una caída del 13% en lo que va del año, muy por debajo del desempeño del S&P 500.
El sindicato afirma que la huelga podría ser indefinida y que cuentan con el apoyo de decenas de miles de aliados dispuestos a boicotear la cadena durante la protesta. La empresa, en cambio, asegura que la mayoría de sus 10.000 tiendas y 7.000 franquicias operarán con normalidad durante la temporada navideña.
Este será un desafío importante para Starbucks, en uno de los momentos críticos de su recuperación y en plena presión creciente por mejores condiciones laborales en el sector minorista estadounidense.


































