Este 27 de octubre se conmemora el Día Internacional del Corrector de Textos, fecha que busca visibilizar la labor esencial de quienes cuidan la precisión del lenguaje y la claridad en la comunicación escrita.
La fecha fue elegida en honor al nacimiento de Erasmo de Rotterdam, humanista renacentista que simboliza la revisión intelectual y el pensamiento crítico en la corrección de textos.
Los correctores no solo identifican errores ortográficos o de puntuación. Su trabajo va más allá: ajustan el tono, preservan la intención del autor y garantizan que el mensaje llegue claro y coherente al lector. En un mundo donde la escritura prolifera en redes sociales sin filtros, su rol se vuelve clave para mantener la credibilidad y profesionalismo en documentos, libros y medios.
Asociaciones de correctores en América Latina y Europa utilizan esta jornada para exigir mayor reconocimiento y profesionalización del oficio. Reclaman que dejar este trabajo solo en manos de algoritmos y programas automáticos es insuficiente, pues ninguna máquina detecta matices, ironías o contextos con la precisión humana.
La corrección es un acto intelectual y creativo que requiere sensibilidad lingüística y editorial. En Colombia y en el mundo, un texto bien corregido puede evitar malentendidos, mejorar la imagen del autor y fortalecer la comunicación institucional.
Las actividades por este día incluyen talleres, charlas y campañas para mostrar que corregir no es solo buscar errores, sino construir sentido, respetar la identidad lingüística y cuidar la riqueza del idioma.
Sin correctores, la escritura pierde brújula y el idioma su elegancia. Este 27 de octubre, el homenaje es para esos profesionales que trabajan tras bambalinas para que cada texto hable con claridad y rigor.

































