César Hildebrandt, director de la revista Hildebrandt en sus trece, arremetió contra la congresista peruana Lucinda Vásquez por utilizar a un trabajador para recibir una pedicura durante horas de oficina y haber delegado tareas domésticas a un asesor, todo con fondos públicos.
El periodista denunció estos hechos en su último pódcast, calificándolos como “una imagen propia de este Congreso del lumpen” y advirtió sobre una crisis ética más profunda en el Parlamento. Vásquez, miembro del grupo político Juntos por el Perú – Voces por el Cambio – Bloque Magisterial, fue expuesta esta semana luego de la difusión de varias fotografías y reportes periodísticos que mostraron a su trabajador familiar, Edwar Rengifo, cortándole las uñas de los pies mientras ella usaba su teléfono móvil en su despacho.
Además, otro asesor denominado Willer Sajami realizó tareas domésticas en la casa de Vásquez en horario laboral, como preparar el desayuno. Las imágenes datan de noviembre de 2022 y enero de 2023, y suman a una serie de escándalos de nepotismo y mala gestión en el Congreso.
Vásquez respondió molesta a las críticas:
“Déjenme caminar, por favor, yo no obligo a nadie. Tampoco es voluntario, pregúntenme qué leyes hace la congresista”
pero no desmintió los hechos ni aseguró haber reducido estas conductas.
Hildefbrandt fue más allá y señaló que el problema no es solo Vásquez, sino todo el sistema y los electores que mantienen a congresistas cuestionados en sus cargos. Criticó la tolerancia ante la corrupción y destapó irregularidades como “gente que legisla para mafias criminales” y funcionarios que exigen parte del salario a sus empleados bajo coacción.
El periodista también mencionó al presidente interino del Parlamento, José Jerí, quien enfrentó una denuncia por violación sexual que fue archivada, advirtiendo que la clase política peruana enfrenta una grave crisis de credibilidad y ética. Hildebrandt concluyó que Vásquez “es solo un pie de página en la larga historia de corrupción y disimulo en el Legislativo”.
Este incidente se suma al escándalo conocido como ‘mochasueldos’, en el que congresistas exigían dinero a sus asesores para conservar sus puestos, sujeto a investigaciones en comisiones de Ética y el Ministerio Público.
Con este nuevo escándalo, el Parlamento peruano vuelve a enfrentar el rechazo ciudadano por su falta de transparencia y mal uso de recursos públicos, mientras crece la presión para una reforma profunda.


































