China prometió ampliar el comercio agrícola con Estados Unidos tras una reunión entre el presidente Donald Trump y su par Xi Jinping, aunque no ofreció detalles específicos sobre volúmenes o calendario de compras.
Trump aseguró ante periodistas en el Air Force One que Pekín empezaría a comprar “enormes cantidades de soja y otros productos agrícolas de inmediato”. Sin embargo, el Ministerio de Comercio de China solo confirmó que aumentará el comercio agrícola, sin precisar cifras ni fechas concretas. Esto decepcionó a inversores que esperaban un regreso sólido de las compras chinas, que hasta 2016 representaban el 41% de la soja estadounidense y hoy rondan apenas el 20%.
El contrato más activo de soja en la Bolsa de Comercio de Chicago (CBOT) cayó hasta 2% tras el anuncio y luego perdió 1,28%, a US$10,85 por bushel, pese a recientes máximos de 15 meses por expectativas de un acuerdo comercial.
Even Rogers Pay, director de la consultora Trivium China, dijo:
“Los detalles de implementación importan mucho: si China solo crea procesos burocráticos en vez de eliminar aranceles, podría ser solo un repunte temporal”.
El mayor comprador mundial de soja ha usado tradicionalmente su demanda agrícola como palanca en la guerra comercial. Desde que Washington y Pekín aplicaron aranceles del 23% sobre la soja estadounidense, China redirigió sus compras principalmente a América del Sur, dañando a agricultores clave y a la base electoral de Trump.
Aunque la demanda china cayó y las ventas estadounidenses perdieron miles de millones, señales recientes muestran una posible descongelación: China compró cargamentos de soja de la cosecha estadounidense 2025, según Reuters.
La ausencia de un plan claro sobre aranceles mantiene en alerta a mercados y agricultores que esperan que China vuelva a ser un comprador fuerte y constante en el mediano plazo.

































