Colombia enfrenta una tasa del 26% en rechazos de visas tipo B1/B2 hacia Estados Unidos en 2024, una cifra que afecta directamente el turismo, los negocios y la inversión internacional.
El Departamento de Estado de EE.UU. publicó las cifras más recientes que sitúan a Colombia entre los países latinoamericanos con más negaciones. De cada 100 solicitantes, 26 ven su visa negada, obstaculizando sus planes de viaje y la proyección comercial entre ambos países.
Según el análisis de Latinometrics, esta cifra es considerable, aunque menor frente a países como Nicaragua, que encabeza la lista con casi un 60% de rechazo, seguida por Cuba, Haití, El Salvador y República Dominicana, todos con tasas superiores al 40%.
Por otro lado, naciones del Cono Sur como Uruguay, Argentina y Chile mantienen tasas más bajas, por debajo del 20%, reflejando una percepción de menor riesgo migratorio ante las autoridades estadounidenses.
Especialistas atribuyen los altos rechazos en Colombia a factores como la inestabilidad económica, el riesgo migratorio percibido y los antecedentes de solicitudes. Además, aspectos como la solvencia financiera y los vínculos familiares en EE.UU. juegan un papel clave en la evaluación consular.
La consecuencia inmediata se ve en los sectores turísticos y empresariales colombianos: agencias de viajes, aerolíneas y cadenas hoteleras reportan una caída en viajes de negocio y turismo hacia EE.UU., afectando también el intercambio comercial y el flujo de inversión bilateral.
Impacto económico y retos
Estos rechazos limitan oportunidades para empresarios colombianos que requieren viajar para participar en eventos internacionales, negociar alianzas o atraer socios en Estados Unidos, uno de los mercados más relevantes para el país. Mientras que países con mejores tasas de aprobación gozan de mayor facilidad para ampliar su presencia global.
El informe subraya que Colombia debe mejorar su imagen migratoria frente a EE.UU., lo que podría implicar reformas en movilidad, seguridad, y formalización laboral para reducir la percepción de riesgo.
Las políticas estadounidenses continúan condicionando el acceso de los colombianos al principal destino turístico y comercial del hemisferio, llevando a un impacto tangible en los sectores económicos y la movilidad internacional.
