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Colombia atraviesa una contracción sostenida en su comercio exterior que preocupa a expertos y autoridades. Según un análisis de Asocapitales, las exportaciones colombianas bajaron 12,9% entre 2022 y 2024, mientras las importaciones cayeron 15,5%. Esta caída refleja problemas estructurales, no ganancias de competitividad, con una economía dependiente de pocos mercados y escasa diversificación.
Estados Unidos sigue siendo el principal socio comercial de Colombia. En 2024, las exportaciones hacia ese mercado alcanzaron US$14.337 millones FOB, casi el 29% del total nacional, mientras las importaciones desde EE.UU. representan cerca del 26%. Esta fuerte interdependencia genera un riesgo inmediato ante la actual tensión diplomática y comercial.
Asocapitales alerta que un aumento arancelario del 10% por parte de Estados Unidos podría provocar una pérdida de US$1.147 millones en exportaciones, reducir el PIB nacional entre 2,7% y 2,8%, y eliminar más de 15.000 empleos formales en sectores urbanos de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena, ciudades que aportan el 55% del PIB y 70% del empleo formal en Colombia.
La baja diversificación del modelo productivo colombiano complica la situación. Más del 40% de las exportaciones se concentran en combustibles, mientras que cerca del 34% provienen de productos agrícolas y joyería. La dependencia de estas industrias hace al país vulnerable frente a choques externos.
Además, la reducción de la inversión extranjera en 16% este año agrava la crisis fiscal de las principales ciudades, afectando ejecuciones en obras públicas y programas sociales. La inflación anual podría subir hasta 4,4%, impactando directamente en el costo de vida de los colombianos.
El vínculo militar con Estados Unidos también se vería afectado. Colombia depende en gran medida del soporte técnico estadounidense para equipamiento clave como fusiles M4 y M16, helicópteros Black Hawk y sistemas de defensa aérea. La cooperación en inteligencia y formación avanzada para las Fuerzas Especiales podría reducirse, complicando la seguridad nacional.
Mientras tanto, la ayuda regional norteamericana a Colombia cae rápidamente: de US$740 millones en 2023 a US$207 millones este año. Esta reducción afecta programas sociales y apoyo estratégico indispensable para el país.
El informe de Asocapitales plantea un escenario crítico para la economía colombiana: estabilidad comercial frágil, presión en el empleo formal y riesgos políticos y militares por la menor cooperación estadounidense. La urgencia está en diversificar la economía y ampliar mercados para reducir la vulnerabilidad ante estas tensiones.
