Dos hombres murieron en medio de una fiesta violenta la madrugada del domingo 2 de noviembre en el municipio de Distracción, La Guajira, uno de los lugares más tranquilos del departamento.
Las víctimas son el concejal Orlando Arciniegas, conocido como ‘Tito Billo’, y su amigo, Deivis Brito Molina (‘Mundo’), sobrino del alcalde actual, Jacob Arnaldo Brito Brito. El incidente ocurrió tras un enfrentamiento que involucró armas de fuego, alcohol y rivalidades políticas entre dos clanes locales: “los Guerra” y “los Brito”.
La Policía confirmó que el origen del conflicto fue un choque entre vehículos que escaló en insultos y disparos. A las 4:30 a.m., Arciniegas discutía armado bajo efectos del alcohol cuando se produjo la primera confrontación. La situación se descontroló y, tras un nuevo ataque con rifle contra la casa del hermano de un excandidato a la alcaldía, Arciniegas fue baleado mortalmente.
Al llegar la Policía, hubo disturbios y varios policías intentaron controlar a Brito Molina, quien supuestamente portaba un arma en la pretina. Al forcejear con los uniformados, Brito Molina fue abatido a tiros, con seis impactos, y llevado a urgencias en San Juan del Cesar antes de remitirlo a una clínica en Barranquilla, donde está en pronóstico reservado.
El inspector de Policía involucrado y el hermano del excandidato, presuntos autores del homicidio, huyeron y son buscados activamente. La comunidad pide justicia y esclarecimiento, especialmente sobre el procedimiento que terminó con Brito Molina.
El coronel Diego Edison Montaña Gómez, comandante de Policía en La Guajira, afirmó que hay investigación en curso y que los uniformados actuaron ante una amenaza de arma de fuego. Insistió en que el caso se esclarecerá y que se garantizará el respeto a la ley durante el proceso.
Distracción, municipio ubicado al pie de la Sierra Nevada de Santa Marta y bañado por el río Ranchería, se enfrenta a la peor crisis de violencia de sus últimas décadas. Las autoridades y entes de control convocaron comités de seguridad para evitar nuevos hechos y prometen castigo para los responsables.
La comunidad aún está conmocionada y exige respuestas rápidas. El doble homicidio marca un golpe duro en esta población dedicada principalmente al arroz y la ganadería, que hasta ahora mantenía relativa paz frente a la violencia que azota otras partes de La Guajira.


































