El régimen especial de salud para los policías en Sucre atraviesa una grave crisis que afecta a más de 13 mil beneficiarios. Desde enero de este año no hay contratación de especialistas médicos, alertó Roberto Martínez Caraballo, pensionado de la Policía y presidente de la Veeduría de Veteranos del Nivel Ejecutivo y Bienestar Social del Departamento.
Actualmente, los únicos servicios disponibles en la sede de Sanidad en la Avenida Argelia, Sincelejo, son medicina general, odontología, internista, fisioterapia, psicología, laboratorio clínico y promoción y prevención. Pero la ausencia de atención especializada genera graves consecuencias.
“Tengo casos en los que compañeros han fallecido por no tener atención médica especializada de manera oportuna, y otro que perdió un riñón, y eso es muy doloroso y no podemos seguir permitiendo que esto nos ocurra”, advirtió Martínez Caraballo.
La problemática viene de años atrás. La prestación de servicios empezó a deteriorarse desde 2019, cuando la Dirección Nacional de la Policía quitó a los comandos de departamento la facultad sobre sanidad y la entregó a las regionales. Para Sucre, esta dependencia es la Región 8 con sede en Barranquilla, que se encarga ahora de las contrataciones.
Además, desde 2016 todos los servicios médicos para policías están concentrados en la Clínica Santa María. Según el pensionado, esta centralización causa que a menos de 20 días de firmar un contrato ya no haya disponibilidad de atención, porque los recursos se consumen en las urgencias.
Martínez Caraballo le exige a la Dirección Nacional de la Policía devolver la potestad sanitaria a los departamentos y diversificar la prestación de servicios para que incluya varias clínicas y hospitales.
“Solicito que los entes de control investiguen el rumbo de 9 mil millones de pesos asignados al departamento de Sucre, que según la jefa de sanidad de la Región 8, que es coronel, existen, pero no se han visto porque en este 2025 no hubo contratación de especialidades médicas”, dijo.
La crisis deja al descubierto fallas graves en la atención de salud policial, con consecuencias directas en la vida y bienestar de los policías y sus familias en Sucre.
