Robin Brooks, economista de la Brookings Institution en Washington, advirtió que la fuga de capitales en Argentina previa a las elecciones legislativas recientes fue la mayor en más de 20 años. Según Brooks, esta salida masiva de dinero eclipsa la fuga registrada en 2019 tras las PASO que marcaron el fin del mandato de Mauricio Macri.
Brooks señala que la decisión del gobierno de Javier Milei de retrasar el dólar facilitó su victoria electoral, pero a un costo enorme para la estabilidad financiera. “La sobrevaluación del peso y la incertidumbre electoral impulsaron a las familias argentinas a sacar sus ahorros en moneda extranjera, y estas fugas de capital nunca se revierten”, advirtió.
“Una vez que los ahorros salen del país, están perdidos para Argentina”, aseguró el economista, que antes trabajó en Wall Street y el Fondo Monetario Internacional.
Los datos del Banco Central muestran que la fuga comenzó a acelerarse desde agosto y alcanzó su pico entre septiembre y octubre, justo antes de la elección. Brooks explica que si el peso hubiera flotado libremente, la fuga se habría detenido porque no habría expectativas de devaluación.
El informe incluye gráficos comparativos que demuestran cómo esta perdida de capital supera en volumen a la anterior de hace cinco años, que también estuvo asociada a un cambio político significativo: la llegada de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner al poder.
Brooks critica la “patológica fijación” del gobierno argentino con mantener el tipo de cambio bajo control político, lo que en su opinión, “hambrea al país de capital justo cuando más lo necesita”.
Este fenómeno genera impactos a corto y largo plazo sobre la economía argentina, agravando la falta de inversión y la incertidumbre para los mercados. La salida de dinero sería un lastre adicional para una economía ya presionada por la inflación y el desequilibrio fiscal.


































