El Gobierno de Estados Unidos redobló su presión contra el presidente colombiano Gustavo Petro al incluirlo en la polémica Lista Clinton junto a su esposa Verónica Alcocer, su hijo mayor Nicolás Petro Burgos y su ministro del Interior, Armando Benedetti.
La medida llega tras la entrevista que Petro concedió el 20 de octubre al periodista Daniel Coronell, donde reafirmó un discurso crítico y desafiante hacia Estados Unidos, lo que motivó la respuesta del expresidente Donald Trump. Trump lo ha llamado “líder del narcotráfico”, “lunático” y “mal tipo”, personalizando así la confrontación política a nueve meses de que concluya el mandato de Petro.
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, dejó claro que las sanciones se han focalizado en Petro y su círculo cercano para evitar afectar directamente al pueblo colombiano y proteger la relación bilateral con el país, aliado histórico de EE.UU. en la región.
Pero las consecuencias para Colombia ya son evidentes. La inclusión de Petro en la lista negra estadounidense pone en riesgo la cooperación, la ayuda financiera y la lucha antidrogas, que han sido pilares para combatir los grupos ilegales y la inseguridad que crece en el país. La “paz total” prometida por Petro sigue sin materializarse, y la crisis política se agudiza tras la absolución del expresidente Álvaro Uribe y la consulta interna de la coalición de gobierno el 26 de octubre.
Petro, que asegura querer ser un presidente “inolvidable”, enfrenta el costo político y nacional de sus declaraciones y su estilo confrontativo con Estados Unidos, que ha dejado en riesgo la estabilidad económica y de seguridad de Colombia.
Expertos y analistas advierten que el mandatario debe buscar salidas diplomáticas rápidas y efectivas para evitar que esta crisis internacional impacte aún más a millones de colombianos que dependen de la cooperación bilateral para mantener la lucha contra el narcotráfico y la ilegalidad.
Con esta escalada, Petro pasa a la historia como el primer presidente colombiano sancionado de forma directa por Estados Unidos en medio de acusaciones relacionadas con negocios ilícitos vinculados al narcotráfico, un golpe duro para la imagen del país y para su gestión de gobierno.

































