El Eje Cafetero genera cerca de 2.700 toneladas de residuos sólidos diariamente, pero apenas reutiliza o recicla el 8% de ellos, según Humberto Tobón, gerente de la RAP Eje Cafetero. La mayoría termina en rellenos sanitarios saturados, una bomba ambiental que urge desactivar.
El llamado urgente es a implementar la economía circular, un modelo que rompe con la costumbre lineal de tirar, enterrar o quemar residuos y promueve reducir, reutilizar y reciclar. Más allá de reciclar, la apuesta es disminuir el consumo de productos descartables, sobre todo plásticos, y transformar materiales para generar innovación y empleo sostenible.
En los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío y Tolima, el modelo actual tiene efectos negativos: mayor contaminación, cambio climático y sobrecarga de basureros. Tobón advierte que si la región incorpora tecnologías para reincorporar estos materiales en cadenas productivas, podrá ahorrar energía, reducir la huella de carbono y mejorar su competitividad, especialmente en mercados internacionales cada vez más exigentes en temas ambientales.
Existen hoy emprendimientos y grupos de investigación enfocados en materiales biodegradables y empaques más duraderos. Pero los avances requieren mayor compromiso empresarial, incentivos del gobierno y articulación con la academia. Sin esos apoyos, la transformación será lenta y parcial.
Una economía circular fuerte podría crear nuevos negocios basados en remanufactura, reparación y reaprovechamiento de residuos, como el uso de llantas recicladas para pavimentar vías o construir parques. Tobón propone también crear incentivos económicos territoriales para premiar a empresas y familias que adopten prácticas sostenibles, y castigar con impuestos a quienes generen contaminación, obligándolos a asumir el costo ambiental.
El Ministerio de Ambiente había impulsado antes acuerdos territoriales para avanzar en esta agenda, pero la falta de compromiso institucional bloqueó los avances. Ahora, el llamado es a retomar esas políticas y fomentar parques industriales ecoeficientes y cadenas agropecuarias que aprovechen la biomasa.
Los desastres naturales recientes, como inundaciones e incendios, evidencian la urgencia de esta transformación. El futuro ambiental y económico del Eje Cafetero, una de las regiones más importantes de Colombia, dependerá de que los actores clave acepten el reto y cambien el modelo productivo ya.
