Cada 212 vuelos comerciales se presenta una emergencia médica a más de 10.000 metros de altura, según un estudio publicado por Forbes basado en datos de 2022 y 2023.
El informe liderado por el Dr. Paulo Alves compiló más de 77.000 incidentes reportados en vuelos de 84 aerolíneas. Aunque son poco frecuentes porcentualmente, la cantidad total impacta por la magnitud del tráfico aéreo a nivel mundial.
De esos eventos, apenas el 1,7% derivó en desvíos de emergencia, generalmente por sospechas de infartos o accidentes cerebrovasculares. Menos del 0,4% de los afectados necesitó reanimación cardiopulmonar y el mismo porcentaje murió en vuelo o poco después del aterrizaje, con 312 fallecimientos registrados.
Uno de los casos recientes tuvo lugar en un vuelo nocturno entre Hawái y San Francisco, donde un pasajero de unos 40 años presentó dificultad respiratoria. Cuatro profesionales de la salud abordo, apoyados por la tripulación, aplicaron oxígeno y medidas básicas que evitaron un desvío y estabilizaron al paciente hasta el aterrizaje, donde fue remitido a un hospital.
Dan Bubb, ex piloto comercial, explicó a Newsweek que la tripulación está entrenada en primeros auxilios pero sin equipamiento avanzado. Si la situación empeora, es el piloto quien decide el aterrizaje de emergencia, considerando combustible, clima y seguridad.
“Ese es el límite de su preparación”, dijo Bubb sobre la capacidad de la tripulación para atender emergencias graves.
El oxígeno es el recurso terapéutico central que tiene la aeronave, seguido por analgésicos no narcóticos y medicamentos para náuseas. En la mayoría de casos la ayuda más inmediata es suministrar oxígeno y líquidos azucarados para hipoglucemia.
Annette Long, auxiliar de vuelo, reveló que durante el vuelo “nadie fallece oficialmente”: la muerte solo se confirma una vez que el avión aterriza y las autoridades sanitarias toman el control.
Para pasajeros con enfermedades previas, se recomienda llevar oxígeno portátil y comunicar condiciones especiales a la aerolínea antes de viajar. Además, si médicos voluntarios intervienen, se pueden comunicar con especialistas en tierra vía radio para consultas rápidas.
El estudio subraya que, aunque las emergencias médicas en vuelos son un fenómeno poco común, la constante preparación de tripulaciones y la cooperación entre pasajeros profesionales de la salud son vitales para reducir riesgos y promover la atención efectiva en circunstancias extremas.


































