El destacado neurocirujano cordobés Remberto Ignacio Burgos de la Espriella falleció en las últimas horas a los 70 años, posiblemente a causa de un aneurisma abdominal. Su muerte provocó pesar en el gremio médico y entre quienes reconocen su aporte académico, científico y humanitario en el departamento de Córdoba y en todo el país.
Burgos fue miembro de la Academia Nacional de Medicina, docente universitario y especialista en patologías neurológicas complejas. Durante su carrera trabajó en instituciones de referencia y participó en debates sobre neurociencia, ética médica y retos sociales en Colombia.
“Nuestro departamento y el país pierden a un gran hombre, pero sobre todo a un gran profesional de la medicina. Un hombre de gran sensibilidad humana, quien nunca dudó en atender una consulta de quienes no podían llegar a ser sus pacientes”, expresó el gobernador de Córdoba, Erasmo Zuleta.
Colegas, familiares y exalumnos destacaron su disposición permanente al diálogo, disciplina y su apego a las raíces cordobesas, aunque la mayor parte de su trabajo profesional se desarrolló en Bogotá. Su nombre queda ligado a un ejercicio ético y humano de la neurocirugía en Colombia.
