Jane Goodall, la icónica primatóloga que revolucionó la etología y defendió la conservación ambiental, murió a los 91 años este miércoles 1 de octubre en California, informó el Instituto Jane Goodall en sus redes sociales.
Goodall falleció por causas naturales mientras realizaba una gira de conferencias en Estados Unidos. Su viaje había incluido una visita a Medellín el pasado 22 de agosto gracias a Elemental, el Instituto Jane Goodall y Comfama, en un evento que celebró los 70 años de la tradicional caja de compensación familiar colombiana. Allí compartió su visión sobre sostenibilidad y el futuro del planeta frente a crisis ambientales históricas.
Con solo 26 años, Goodall llegó al Parque Nacional Gombe en Tanzania para comenzar su pionera investigación sobre chimpancés en libertad. Demostró que estos primates tienen comportamientos similares a los humanos, como la comunicación, personalidades únicas y uso de herramientas, un descubrimiento que transformó la ciencia en el siglo XX.
Su estudio no solo abrió puertas en la biología y la etología, sino que también impulsó la participación de mujeres en carreras STEM, donde el porcentaje femenino pasó de 7% a 26% en las últimas seis décadas según el Instituto.
Goodall completó su doctorado en la Universidad de Cambridge con una tesis sobre los primeros cinco años en Gombe. En 1977 fundó el Instituto Jane Goodall con Genevieve di San Faustino, organización que hoy tiene oficinas en 25 ciudades y trabaja en mejorar la protección de primates a nivel mundial.
Además de la ciencia, se convirtió en una voz fuerte contra la crisis climática. En 2019 alertó que el planeta está “en peligro” y urgió a actuar para frenar el calentamiento global. En años recientes colaboró con Apple para fomentar el reciclaje tecnológico y reducir la extracción de minerales.
En 2022, su legado cultural se coronó con una muñeca Barbie edición especial que homenajeó sus 62 años desde su primera visita a Gombe, resaltando su figura como conservacionista en la cultura popular.
Goodall deja un vacío en la comunidad científica y ambientalista global, pero su trabajo sigue vivo a través de su instituto y millones de seguidores en todo el mundo.
