Federica Quijano, integrante del grupo Kabah, salió del clóset públicamente después de más de 30 años de carrera para hablar de su bisexualidad y los obstáculos que enfrentó como madre en México.
En una entrevista con su hermano Apio Quijano en el programa Pipiris Nights, Federica contó que durante años tuvo miedo de perder la custodia de sus hijos adoptivos por no encajar en el modelo tradicional de familia. Esta preocupación la acompañó desde que comenzó su maternidad.
El mayor obstáculo fueron las presiones sociales e institucionales. Federica narró que para inscribir a sus hijos en varios colegios le exigían la presencia obligatoria de una figura paterna.
“Había escuelas donde iba y (me decían) ‘no, pues tiene que tener a fuerza un papá para entrar’”
, dijo la cantante de éxitos como La calle de las sirenas.
Más allá de la discriminación, Quijano remarcó que su deseo de ser madre viene desde la infancia. En entrevista previa con Pati Chapoy, confesó que a los 25 años quería tener cinco hijos, casarse y ser feliz, aunque la realidad la enfrentó a retos no previstos.
Su decisión de revelar su bisexualidad ocurre ahora que sus hijos son mayores de edad. Explicó a la prensa que hacerlo es un acto de honestidad y libertad personal:
“Llega un punto en tu vida en que dices ‘no quiero cargar todo esto ya, ya quiero ser un poco libre’.”
En redes sociales y en sus comunicaciones con su hermano, siempre ha buscado la transparencia.
“Hoy que mis hijos ya son mayores de edad, evidentemente, en mis redes y con mi hermano siempre he tratado de ser completamente honesta… nunca he guardado nada”
, afirmó. Y añadió, sin temor a críticas:
“Me siento muy tranquila, libre y feliz.”
La revelación fue bien recibida por sus seguidores, quienes celebraron su valentía y autenticidad. La entrevista también fortaleció el vínculo con Apio Quijano, quien ha estado acompañándola tanto en lo artístico como en lo personal.
Antes de despedirse de la prensa, Federica destacó el lazo familiar:
“Lo amo, lo amo, es mi hermano.”
Este testimonio pone en evidencia las dificultades que aún enfrentan las familias diversas en México, entre prejuicios sociales e instituciones que insisten en modelos familiares tradicionales.


































