La hambruna en Gaza ya no es amenaza, sino una crisis confirmada. Este 22 de agosto, la ONU anunció que más de 500.000 personas en la franja sufren desnutrición severa y falta prolongada de alimentos.
Organismos internacionales como la FAO, la OMS, el PMA y Unicef alertaron del colapso alimentario en la zona. Según un informe de Unicef de septiembre de 2024, más de 640.000 personas ya estaban en el nivel más grave de inseguridad alimentaria, con otros 1,14 millones en emergencia y cerca de 400.000 en crisis.
Más de un tercio de la población lleva días sin comer. Los niños, especialmente los pequeños, son los más afectados por la malnutrición que aumenta aceleradamente.
La causa no es sólo la falta de alimentos. Bloqueos en las entradas, destrucción de granjas e infraestructura agrícola, y la interrupción de servicios de salud han limitado severamente el acceso a ayuda humanitaria y alimentos básicos.
Alimentarse en Gaza se ha convertido en un acto de supervivencia, una resistencia ante un bloqueo que impide la entrada de suministros vitales para una población civil en crisis.
Los organismos de la ONU hacen un llamado urgente para levantar barreras y permitir la entrada de ayuda alimentaria que evite muertes evitables por desnutrición.
