Las gobernaciones de Caldas, Risaralda y Antioquia lanzan un ambicioso plan para reactivar el sistema ferroviario del Eje Cafetero, con una inversión proyectada de $17.940 millones de pesos. El llamado “tren del Café” buscará recuperar y modernizar vías y estaciones hoy oxidadas y abandonadas, en un trayecto total de 238 kilómetros que permitirá mover carga y pasajeros.
Los mandatarios Henry Gutiérrez (Caldas), Juan Diego Patiño (Risaralda) y Andrés Rendón (Antioquia) coinciden en que el proyecto podría marcar un antes y un después para la región, potenciando la logística y el transporte. Lo que hoy quedan son sólo huellas del ferrocarril de Caldas, con infraestructura deteriorada y estaciones como Cartago y Chinchiná en estado de abandono, pero con la ventaja de que existen trazas ferroviarias distribuidas en el territorio que se planea aprovechar.
Para empezar, la ruta tendrá dos tramos: desde Primavera (Antioquia) hasta Caldas, y desde el kilómetro 41 en Caldas hasta Caimalito, cerca a Pereira, donde se establecerían 45 puntos de entrada para pasajeros y dos centros de carga. En total, se proyecta movilizar 2,4 millones de toneladas, combinando transporte de carga con pasajeros en un sistema mixto.
El proyecto está en etapa de análisis, evaluando la factibilidad financiera, técnica y legal. “No es sólo pintar las vías, se requieren recursos para modernizar, habilitar y mantener un tren de vanguardia”, afirmó una fuente cercana a la gobernación de Caldas. La iniciativa se suma a otras inversiones en trenes a nivel nacional, como el Regiotram en Cundinamarca que avanza con una inversión de 850 millones de dólares y abriría en 2027.
Si avanza, el tren del Café será un motor clave para la economía regional, que hoy depende casi exclusivamente del transporte por carretera. El objetivo es que la infraestructura ferroviaria, hoy olvidada por más de un siglo, recupere su lugar, impulse la carga de café y otros productos, y vuelva a conectar a las ciudades del Eje Cafetero.
El costo estimado cubre desde la rehabilitación de vías hasta la construcción de nuevas estaciones y mantenimiento, todo pensado en un sistema moderno que atienda las necesidades actuales. Sin embargo, los gobernadores reconocen que la ruta será larga para su ejecución y todavía faltan años para su puesta en marcha.
Para hacer realidad el tren del Café dependerá del avance en estudios definitivos y la suma de apoyos regionales y nacionales, en un sector con experiencia limitada en hoyos financieros y burocráticos que han frenado proyectos similares. Mientras tanto, la región mira con atención esta oportunidad única de retomar la tradición ferroviaria y dar un salto en movilidad.

































