El Gobierno del Cambio entregó esta semana una Unidad Comunitaria de Atención en Yawaka, Manaure, destinada a beneficiar a 161 familias del pueblo wayuu en La Guajira.
La obra, que contó con una inversión superior a $2.900 millones a través del Fondo de Programas Especiales para la Paz, forma parte del proyecto “Estudios, diseños y construcción de la Sede Educativa Yawaka – Institución Educativa Nuestra Señora de Fátima”.
Este nuevo espacio fortalece la infraestructura pedagógica y cultural para la educación inicial y el desarrollo integral de los 113 niños y niñas wayuu que participan en programas comunitarios. Los agentes educativos acompañan su crecimiento respetando la identidad cultural de la comunidad.
La Unidad incluye un módulo multigrado con tres aulas, baterías sanitarias y una zona administrativa. El diseño arquitectónico honra la cosmovisión wayuu con formas circulares y tonos que se integran al paisaje desértico, fruto de un proceso participativo con la comunidad local.
Yesit Ojeda Camargo, autoridad tradicional de Yawaka, destacó la entrega:
“Esta es la única megaobra que existe en la Troncal del Caribe; gracias al Gobierno del Cambio que cumple con su palabra. Estamos muy agradecidos; es la primera vez que un gobierno nos da la mano.”
También habló Darsi Mendoza, estudiante de la Institución Educativa Nuestra Señora de Fátima:
“Antes no teníamos suficientes aulas para nuestras actividades académicas. Ahora podremos seguir estudiando cerca de nuestras familias y nuestro territorio.”
Matilde López, accionante de la Sentencia T-302, recordó que la obra es un avance por la atención a los niños wayuu.
“Es la primera vez que un gobierno presta verdadera atención a los niños y las niñas de La Guajira. Aún falta mucho por hacer, pero este es un paso enorme. Esta obra representa dignidad y desarrollo para nuestro pueblo.”
May Belliny Badillo Brito, directora regional encargada de Bienestar Familiar en La Guajira, explicó que el proyecto va más allá de la infraestructura:
“No se trata solo de construir una infraestructura, sino de crear ambientes pedagógicos acogedores donde las niñas y niños se sientan importantes, escuchados y parte de su comunidad.”
Esta entrega se suma a los esfuerzos por mejorar la educación y desarrollo integral de las comunidades indígenas wayuu en una región históricamente rezagada, poniendo especial énfasis en la primera infancia y los valores culturales.
 
						
									


































 
					 
								
				
				
			 
							 
							 
							 
							 
							 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				