El Gobierno colombiano dio el primer paso formal para convocar una Asamblea Nacional Constituyente. El ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, presentó desde Shanghái el articulado que servirá como base para iniciar el debate sobre la reforma constitucional en el país.
Montealegre destacó que este documento busca abrir un diálogo nacional para construir una transformación profunda del Estado por medio de “la confrontación de ideas y no de la violencia”. Según el funcionario, la Constitución de 1991 tiene normas ya obsoletas y otras que sectores “retardatarios” usan para frenar avances sociales.
La iniciativa será lanzada oficialmente este viernes en la Plaza de Bolívar en Bogotá con un acto convocado por el presidente Gustavo Petro. Allí comenzará la recolección de firmas para el “poder constituyente”, explicó el mandatario a través de su cuenta en X.
El proyecto propone una Asamblea conformada por 71 delegatarios, equilibrando representación de género y de diversas regiones y sectores sociales. Esta asamblea tendrá facultades para reformar toda la Constitución Política, aunque no podrá revocar al Congreso.
En el articulado, el primer artículo establece que la ley permitirá que el pueblo colombiano decida en votación popular si convoca la Asamblea Constituyente, conforme a los artículos 374 y 376 de la Constitución vigente.
Ejes de la reforma
El borrador plantea discutir asuntos estructurales como la protección de derechos sociales, un estatuto del trabajo, reformas al sistema de salud, autonomía territorial indígena, cambio climático, y protección del campesinado y la producción de alimentos.
La cartera de Justicia asegura que estos puntos serán la base para deliberar cómo debe ser el Estado y la sociedad colombiana en el siglo XXI, buscando superar un marco constitucional que ya no responde a las necesidades actuales del país.
Este proceso se suma a un contexto político tenso, luego de la absolución del expresidente Álvaro Uribe y las críticas cruzadas entre el Ejecutivo y la oposición, además de enfrentamientos diplomáticos recientes con Estados Unidos.
La convocatoria de Petro y Montealegre marca un momento clave en el tablero político para lo que podría ser una de las reformas constitucionales más profundas en décadas en Colombia.
