El actor cubano Jorge Cao atraviesa uno de los golpes más duros de su vida: la reciente muerte de su hija, Maricel Luz, víctima de un cáncer fulminante que le quitó la vida en apenas un mes. A sus 81 años, Cao no pudo despedirse ni acompañarla en sus últimos días ni en el entierro por la distancia y sus compromisos laborales desde Bogotá.
“No pude acompañarla en su final. Tampoco pude ir a su entierro. Hice el duelo desde aquí, y lo sigo haciendo”, dijo el actor con la voz quebrada en una entrevista reciente, dejando claro que ese vació aún pesa en su vida. Cao lleva 15 años sin regresar a Cuba, país donde nació y donde ya no siente que tiene un lugar después de perder a casi toda su familia.
Su refugio para sobrellevar la tristeza ha sido el trabajo. Durante más de seis décadas frente a cámaras, primero en Cuba y hace 32 años en Colombia, donde llegó para actuar en la serie Pecado Santo y se quedó. Aquí se consolidó como uno de los actores más reconocidos en producciones emblemáticas como Pasión de Gavilanes, El cartel de los sapos y La nieta elegida.
Regreso actoral en medio del duelo
En medio del duelo, Jorge Cao se prepara para su regreso a la televisión colombiana con la novela En qué lío me metí, producción de Caracol Televisión donde compartirá escena con Amparo Grisales y Yuri Vargas. En la trama, Cao interpretará al hermano de Eva, el personaje de Grisales, involucrado en conflictos familiares con secretos y traiciones. Su papel tendrá un destino trágico, lo que vuelve inevitable la mezcla entre ficción y su situación personal.
Paralelamente, participa en la película Reflejos, dirigida por Miguel Urrutia y protagonizada también por Amparo Grisales y Robinson Díaz. Este thriller psicológico con elementos de inteligencia artificial se estrenará el 28 de noviembre y ya genera expectativa en el cine colombiano.
A pesar del dolor irreparable, el actor se mantiene activo y cerrado al regreso a Cuba: “Hace quince años no voy a Cuba y ahora ya creo que no regresaré nunca más. Ya no hay nada que me ate allá”.
“La televisión me ha salvado muchas veces”, reconoció Cao, quien ha usado el trabajo para resistir duelos y ausencias desde que dejó su país.
Hoy Bogotá es su casa, ciudad desde donde observa la vida y enfrenta la pérdida más reciente de su familia. La televisión y el teatro se convierten en sus únicos refugios para seguir adelante.


































