La Costa Caribe se perfila como epicentro de la transición energética en Colombia gracias a su potencial en energía solar y eólica, según confirmó Carlos Mario Caro, gerente general de ISA Intercolombia. En 2025, la inversión en proyectos de transmisión eléctrica supera $3,4 billones, destacando la reciente entrada en operación de la línea Cuestecitas–El Copey–Fundación en La Guajira.
Este proyecto de 272 kilómetros ya es la primera línea de 500 kilovatios en La Guajira y la de mayor potencia transmitida en el país. A través de esta infraestructura, la energía limpia generada en la región puede transportarse no solo por la Costa Atlántica sino también hacia el centro y sur de Colombia, conectando subestaciones claves como las de El Copey, Chinú, Cerro Matoso y Sabanalarga.
ISA, con 14.000 kilómetros de líneas a nivel nacional y más de 4.000 en la Costa Caribe, ha mantenido presencia en esta zona durante cuatro décadas. Caro subrayó que la región está llamada a convertirse en un “gran emisor” de energía renovable, con el potencial de activar la economía local mediante crecimiento y productividad sostenida.
Según proyecciones de XM, para 2031 se sumarán cerca de 9 gigavatios de nueva capacidad, principalmente renovable, lo que implica un desarrollo masivo de infraestructura eléctrica para soportar esta demanda.
Proyectos clave y retos en la infraestructura
Además de Cuestecitas–El Copey–Fundación, ISA avanza en proyectos como la línea La Loma–Sogamoso, una doble circuito de 500 mil voltios que cruzará 18 municipios y estará operativa en diciembre de 2026. En Bolívar, se construye la subestación y línea Bolívar–Pasacaballos, de 220 mil voltios, para conectar generadores solares locales.
También está en marcha la interconexión Magangué con una subestación y línea doble circuito de 20 kilómetros, que facilitará la integración de plantas solares en la región con la red nacional.
A pesar de los avances, Caro advirtió que las subestaciones eléctricas actuales fueron diseñadas para demandas muy inferiores a las presentes, lo que aumenta el riesgo de cortes imprevistos. La modernización de la red está frenada por un marco regulatorio que no remunera adecuadamente estas obras. El Ministerio de Minas y Energía avanza en un proyecto de resolución para corregir esa situación.
Un problema adicional es la invasión de servidumbres por construcciones debajo de líneas de alta tensión en ciudades como Cartagena, Soledad, Santa Marta y Valledupar, lo que representa un riesgo crítico para la operación.
Finalmente, Caro reiteró que el trabajo conjunto entre generadores, transmisores, distribuidores y el gobierno es imprescindible para garantizar un servicio eléctrico confiable y continuo las 24 horas en la Costa Caribe, un área con alta demanda y retos técnicos complejos.


































