La fritanga, un plato tradicional con raíces en Cundinamarca, Boyacá y Bogotá, está tomando protagonismo en festivales regionales como herramienta para preservar saberes culturales, fortalecer la economía local y atraer turismo gastronómico.
Este movimiento surge en medio de una apuesta cultural que busca no solo mantener vivas las tradiciones culinarias del Pacífico colombiano, sino también convertirlas en un motor de desarrollo económico para las comunidades. La fritanga, con su amplia variedad de carnes fritas y acompañamientos, se impone en diferentes eventos que celebran la identidad gastronómica regional.
Organizadores locales y promotores culturales reportan que la inclusión de la fritanga en estos encuentros ha generado un aumento notable en el interés tanto de visitantes nacionales como extranjeros. Además, los productores y vendedores se benefician con un aumento en sus ingresos gracias a la mayor demanda durante los festivales.
El Diario del Cauca destaca este crecimiento como un paso clave en la valorización de tradiciones autóctonas y una estrategia para dinamizar las economías locales en zonas rurales y urbanas.
Con esta iniciativa, la fritanga no solo se mantiene como un plato de consumo tradicional, sino que se posiciona también como un atractivo turístico y cultural en la escena regional.

































