Laura Gallego, representante de Antioquia en el Concurso Nacional de Belleza (CNB), renunció al certamen tras desatar una polémica por videos en los que habla de “dar bala” al presidente Gustavo Petro y al exalcalde de Medellín Daniel Quintero.
En las grabaciones virales, Gallego entrevistaba a los precandidatos presidenciales Abelardo de la Espriella y Santiago Botero, planteándoles un escenario hipotético: si tuviera una bala y pudiera disparar a uno de los dos políticos, a quién se la darían. De la Espriella respondió entre risas que no valen ni una bala y Botero dijo que le daría a Quintero. La candidata insistió en darle “al menos un cachazo a Petro”.
Los videos generaron una ola de críticas por promover un discurso violento y banalizar la violencia política. El propio Petro reaccionó desde su cuenta de X (antes Twitter) calificando a Gallego de “mujer violenta” y denunciando “cultura de matar la diferencia”. Daniel Quintero vinculó sus palabras con la “cultura narco” que ha afectado a Antioquia durante años.
El Concurso Nacional de Belleza emitió un comunicado rechazando la politización en el certamen y recordó a las candidatas que deben abstenerse de pronunciamientos políticos mientras representen a sus departamentos. La organización puntualizó que no participa ni apoya debates o posturas políticas en el concurso.
Frente a la presión pública y la respuesta del CNB, Gallego decidió renunciar. En una carta pública dijo:
“Me niego a permanecer callada. Me niego a ser parte de un sistema que exige obediencia en lugar de pensamiento propio. Me niego a que una corona se convierta en mordaza”.
Afirmó además que sus opiniones fueron atacadas incluso por figuras políticas como Petro y Quintero, a quienes ha cuestionado desde la ciudadanía. “Señalar mis posturas como incompatibles con ser reina perpetúa estructuras de sometimiento”, aseguró.
Laura Gallego tiene 27 años, es abogada, creadora de contenido en Instagram y estudia una maestría en Administración de Empresas. En entrevista con Blu Radio confirmó que trabajó en la firma de abogados de Abelardo de la Espriella, a quien admira.
La polémica pone en el foco la tensión entre la imagen tradicional del concurso y la libertad de expresión de sus participantes, mientras el CNB se mantiene firme en evitar debates políticos dentro del certamen.


































