La Fiscalía ordenó la captura de Juan Carlos Uribe el viernes pasado en Cali, acusado del asesinato de su hermano Jorge Uribe, un crimen brutal con tortura e incineración del cuerpo. Sin embargo, apenas un día después, un juez de garantías ordenó su liberación al considerar insuficientes las pruebas.
Juan Carlos, conocido en Cali desde los años 90 como jefe de protocolo y comunicador público, es una figura reconocida y querida en la ciudad. Su detención causó conmoción entre amigos y colegas, quienes han descartado cualquier sospecha sobre su vinculación con el homicidio.
La Fiscalía basó la captura principalmente en dos llamadas telefónicas entre Juan Carlos y Jorge Uribe, junto con el hecho de que Juan Carlos tenía un viaje programado al exterior luego de participar en la organización de un festival cultural. Sin embargo, ese viaje había sido informado a las autoridades y no se consideró una señal de fuga real.
“Si Juan Carlos hubiera querido fugarse no habría avisado a nadie y ya estaría fuera del país”, dijeron personas cercanas al detenido.
El juez calificó las pruebas presentadas como precarias e insuficientes para mantener a Juan Carlos privado de la libertad, lo que derivó en su inmediata liberación. No obstante, la investigación continúa y él sigue vinculado al caso.
En medio del escándalo, Alejandra, sobrina de Juan Carlos e hija de Jorge, ha señalado públicamente al acusado, una postura que genera controversia en la familia. Se recuerda que la madre de Alejandra, esposa de Jorge, fue asesinada años atrás, un trauma que podría influir en sus declaraciones.
La indignación de la comunidad se mezcla con la preocupación por la imagen de la justicia en el Valle del Cauca, donde esta detención y rápida liberación evidencian falencias en las investigaciones y un impacto negativo en la credibilidad de la Fiscalía.
Juan Carlos Uribe retorna a su vida pública en condiciones complicadas, mientras la justicia deberá recoger pruebas contundentes antes de tomar nuevas decisiones en un caso que sigue moviendo fibras entre caleños y la opinión pública.
