Después de más de cuatro décadas de búsqueda, el cuerpo de Diego Fernández Lima, adolescente desaparecido en julio de 1984 en el barrio porteño de Coghlan, fue hallado enterrado en el jardín de la casa de uno de los principales sospechosos, Cristian Graf.
El descubrimiento se realizó el pasado 20 de mayo en la vivienda ubicada en avenida Congreso 3742, donde Graf, de 58 años, reside desde los setenta. Los restos fueron identificados mediante pruebas genéticas en la madre de Diego, Irma Lima, de 87 años.
El joven, conocido como “Pochi”, fue asesinado con una puñalada en el tórax y su cuerpo fue parcial y crudamente desmembrado para ocultarlo. Según el informe del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), recuperaron 151 fragmentos óseos junto a objetos personales como un reloj Casio de 1982 y una corbata del uniforme escolar.
Horas antes de la declaración ante el tribunal del sospechoso, prevista para las 10:30 de hoy ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°56, la madre rompió su silencio en Radio Mitre. Irma Lima pidió justicia y exigió que Cristian Graf sea detenido y no quede libre mientras avanza la causa.
“Yo lo que le pido al juez es justicia, justicia que haya, por favor. Me mató a mi hijo, tenía 16 años recién”
Irma contó que ni ella ni su familia conocían a Graf antes del caso y mostró indignación ante las versiones del sospechoso, quien negó haber tenido conocimiento del cuerpo en su casa. Para la Fiscalía Nacional a cargo de Martín López Perrando, Graf intentó encubrir el homicidio con explicaciones inconsistentes, como que los huesos llegaron en un camión de tierra durante la construcción de una pileta.
El fiscal descartó el archivo de la causa y resaltó el “estado de sospecha suficiente” para citar a Graf, calificando sus declaraciones como “inverosímiles y pueriles”, que demuestran “conocimiento previo del lugar donde estaban los restos”.
La desaparición de Fernández Lima fue inicialmente registrada como una supuesta fuga del hogar, lo que dilató la investigación. Su padre murió en 1986 sin conocer el destino de su hijo; Irma y sus hermanos continuaron la búsqueda durante estos 41 años.
La policía fue alertada por la hermana del sospechoso tras el aviso de trabajadores de una propiedad vecina que detectaron movimiento de tierra sospechoso. El hallazgo reabrió una herida que ya cumple más de cuatro décadas en Coghlan.
La declaración de Cristian Graf hoy es clave para avanzar, mientras la madre del joven insiste en un pedido tajante: “Que lo agarren ya, ya pido, por favor, justicia”.
