La venta clandestina de animales silvestres continúa en el corazón de Lima, a pasos del Ministerio Público. Monos, tortugas, loros y serpientes se ofrecen en bolsas y cajas por cerca de mil soles en los alrededores del jirón Ayacucho, según reportó Panamericana Televisión.
Autoridades en recientes operativos detectaron hacinamiento extremo y maltrato a estos animales en plena vía pública. La comercialización está dominada por un grupo familiar que viola normas nacionales e internacionales de protección ambiental.
El juez penal Walter Huayllani explicó que trasladar y almacenar animales en cajas y bolsas sin oxígeno ni agua es un acto de crueldad. “Muchas veces creemos que las condiciones que les damos son las mejores, pero no es así”, dijo.
La gerenta de fiscalización municipal confirmó que este comercio es delito y que ya se presentaron denuncias en la comisaría de San Andrés. “La pena mínima es hasta tres años de cárcel, pero puede aumentar si hay crimen organizado”, añadió el juez, citando hasta 18 años de prisión para redes criminales.
El Ministerio de Salud alertó sobre los riesgos sanitarios. El Dr. Luis Oliva Cerna, especialista en salud ambiental, advirtió que estos animales pueden transmitir enfermedades graves como la rabia. En el distrito de Ate, tras un caso de rabia en un mono llamado “Machín”, se intervinieron casi mil viviendas y se recuperaron varios primates.
Además, la Dra. Ana María Navarro Vela recordó que estos animales pueden volverse agresivos por enfermedades desconocidas y que la OMS desaconseja tener fauna silvestre como mascotas. Ante cualquier mordedura, se debe acudir de inmediato a un centro de salud y reportar el caso.
Las autoridades continúan los operativos para identificar y sancionar a los responsables detrás de este mercado ilegal, que pone en riesgo la fauna peruana y la salud pública. Entre las especies afectadas están el otorongo, tortuga taricaya, iguana, ranas gigantes del Titicaca y varias especies de monos y aves.
El comercio ilegal de fauna silvestre persiste a pocos metros de las instituciones del Estado encargadas de velar por la ley, un reto que las autoridades peruanas enfrentan sin pausa.
