Paloma Nicole Arellano, una adolescente de 14 años, murió luego de someterse a una cirugía estética en Durango, México, sin el consentimiento de su padre, confirmó la familia.
El procedimiento fue autorizado únicamente por su madre y realizado por Víctor Manuel Rosales Galindo, pareja de ella. Según reportes, la cirugía incluyó la colocación de implantes, aunque los detalles específicos no han sido revelados aún.
El caso ha generado conmoción y debate sobre los límites legales para procedimientos médicos en menores y la responsabilidad tanto familiar como profesional en estos procesos. La falta de permiso paterno ha sido un punto clave en la discusión, al tiempo que autoridades locales investigan posibles irregularidades en la práctica.
Hasta el momento, no se ha dado a conocer si existen denuncias formales ni si el cirujano enfrenta algún proceso penal o administrativo por el fallecimiento de la menor.
La noticia ha corrido rápidamente en redes sociales y medios regionales, evidenciando la sensibilidad del tema en México y Latinoamérica sobre la autorización y riesgos asociados a cirugías estéticas en personas menores de edad.
Este hecho recuerda a las autoridades y familias el urgente debate sobre la reglamentación del consentimiento para cirugías en adolescentes, especialmente en procedimientos considerados estéticos y no médicos.
