Miles de mujeres en Bogotá dedican su vida a cuidar hijos, adultos mayores o personas con discapacidad sin horarios ni salario. La mayoría supera los 50 años y vive en zonas populares de estratos 1, 2 y 3. Su tiempo personal es casi inexistente y rara vez tienen acceso a formación o recreación.
Pero un grupo de cuidadoras vinculadas al programa Manzanas de Cuidado encontró en la escritura una herramienta para transformar su historia. En cinco laboratorios realizados en la localidad de Santa Fe, participaron en ejercicios que mezclaron cuerpo, memoria, sonido e imagen para expresar lo que duele y también lo que sostiene.
El proyecto “((RE)((CREARTE)): Escrituras expandidas para el autocuidado” fue desarrollado por el semillero La Palabra en el Espacio de la Universidad Central, como parte del programa de Creación Literaria. Su objetivo fue ofrecer un espacio para que estas mujeres se encuentren, se reconozcan y narren sus propias historias.
“La escritura dejó de ser un ejercicio formal y se convirtió en un camino para recuperar la voz y sanar”, explicaron integrantes del semillero.
Este proyecto ganó una de las 29 becas otorgadas por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá, entre 54 propuestas presentadas, resaltando el potencial de la escritura creativa para procesos de transformación social.
Las cuidadoras pudieron mostrar sus relatos en una exposición en la Universidad Central, visibilizando las voces que a menudo quedan silenciadas en el trabajo invisible del cuidado doméstico.
Para quienes quieran conocer más sobre estas iniciativas o participar, la Universidad Central invita a visitar su página web y seguir sus redes sociales oficiales en Instagram, Facebook, X (Twitter), LinkedIn y TikTok.


































