Un médico colombiano preocupado reporta un cambio radical en el estado físico y mental de los niños actuales comparado con generaciones previas. El profesional, que creció en la costa de Santa Marta y con años de experiencia, describe a niños torpes, desgarbados, con fatiga muscular y problemas para mantener una postura adecuada mientras escriben. Además, señalan que tienen dificultades en la expresión verbal y bajo rendimiento académico pese a tener inteligencia normal.
El doctor explica que hace décadas los niños mostraban cuerpos proporcionados, buena postura y motricidad fina y gruesa, evidencias tomadas de su experiencia en deportes nacionales y consulta médica. Hoy, tres generaciones después, el escenario es distinto: los estudiantes se cansan rápido, se mueven constantemente y presentan trastornos como el TDAH de forma más frecuente.
Este profesional admite que la ansiedad por entender este fenómeno lo ha llevado a aislarse para estudiar teorías sobre evolución y cerebro, leyendo a autores como Darwin, Gould, Dawkins, y Hofstadter, buscando respuestas a las causas y posibles soluciones para frenar este deterioro en los niños.
El contexto global también genera tensión. En Venezuela, el presidente Nicolás Maduro pide retirar la nacionalidad a quien apoye una invasión extranjera en medio del despliegue militar de EE.UU. en el Caribe. Este escenario añade un nivel de incertidumbre a la región.
En Colombia, además, preocupa la situación ambiental y financiera en zonas como Ciudad Mallorquín. El Grupo Argos ha hecho compensaciones ambientales tras un daño ecosistémico, pero no es suficiente. La petrolera Ecopetrol mantiene su apuesta por el Permian, cuya renuncia lastimaría las finanzas públicas, pues el Estado posee el 88.49% de las acciones.
Estos hechos se suman a un ambiente de inquietud social y personal donde los cambios físicos en las nuevas generaciones se entrelazan con presiones políticas y económicas de la región.


































